MIRANDO AL OTRO LADO

Piña va a la SCJN

Se escuchó un suspiro de alivio cuando se dio a conocer el resultado de la votación al interior de la Corte. Era un alivio de sentir que uno de los Poderes del Estado era capaz de tomar decisiones

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El ascenso de la Ministra Norma Lucía Piña Hernández como la primera Presidenta de la SCJN evocó suspiros de alivio y frustración. El Presidente López Obrador estaba seguro de poder imponer a la Ministra Jazmín Esquivel en ese puesto, como un seguro de vida en lo que resta de este sexenio y más allá, cuando se le acumulan demandas por abuso del poder, corrupción, conspiración para delinquir, corrupción y asociación delictuosa.

Su candidatura fue descarrilada por el descubrimiento del plagio de su tesis de licenciatura, en complicidad con su directora de tesis. Esa revelación también develó una red de corrupción dentro de la propia Universidad Nacional Autónoma de México. Pero esa es otra situación. El hecho es que Palacio Nacional se quedó sin una candidatura viable para cubrir las espaldas al Presidente. Cada quien tendrá que afrontar los juicios y valoraciones políticas y jurídicas de sus decisiones y acciones: el Presidente fuera del poder y la Ministra como paria en los pasillos de la SCJN.

Su desesperación por llegar a la Presidencia fue tal que cometieron el pecado mortal de todo político: mentir, mentir y mentir, incluso obligando a otros a mentir por ti, para tratar de salir al paso. Pero cada vez que mentían, era más y más evidente que mentían. Y luego mentían más para encubrir sus mentiras anteriores.

Ese enredo se desenvolvió con la votación realizada el 2 de diciembre que arrojó una votación que sorprendió a propios y extraños. Ni la favorita del Presidente ni el “Ministro más rico de todos” ganaron la elección. Ganó Piña, Ministra que se postuló para ese puesto pero que pocos habían pensado seriamente en la posibilidad de que ella ocupara el puesto. Los dos “faros” del proceso, el Presidente de la República y el Presidente saliente del puesto, apoyaron a otros candidatos.

No puedo afirmar que la Ministra Presidenta no tenga intereses o compromisos, ¿quién no los tiene en esta vida?, pero ciertamente se rompe un círculo compacto que quería proteger a los dos Presidentes salientes, Zaldívar y López Obrador.

Al conocer que asumiría la Presidencia de la SCJN, la Ministra Piña destacó que es la primera vez que una mujer está al frente de la Corte, lo que rompe las dificultades que las mujeres han tenido para acceder al más alto cargo del Poder Judicial.

Se escuchó un suspiro de alivio cuando se dio a conocer el resultado de la votación al interior de la Corte. Era un alivio de sentir que uno de los Poderes del Estado era capaz de tomar decisiones que le convenía a la sociedad mexicana, y no simplemente al grupo en el poder.

Este es un sexenio donde el Poder Legislativo violenta constantemente a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sin pudor, incluso disfrutándolo conscientemente. El desacato al Estado de derecho se ha hecho costumbre por senadores y diputados, por igual. Hasta el máximo representante de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, lamentó la votación de su partido sobre el Plan B, declarándolo violatorio en varios de sus incisos a la Magna Carta que nos rige.

Sabiéndolo violatorio de la Constitución, de todas maneras votan con su mayoría en el Congreso para aprobar leyes electorales que favorecen a su partido. Ese espíritu de conscientemente ignorar la Constitución para imponer “su ley” tiene un claro tufo golpista.

Así que la elección de una jurista constitucionalista probada como Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que proviene, además, de haber hecho carrera dentro del Poder Judicial, es causa justa para que nos alegremos con su nombramiento. En tiempos de severas presiones del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo hacia el Poder Judicial, la Ministra enfrentará los retos más importantes de su vida. Rápidamente nombró al Ministro Pardo como Presidente de la Primera Sala, encargada de todo lo relacionado a la materia civil y penal. Y en la Segunda Sala nombró al Ministro Pérez Dayán, responsable de sesionar los asuntos en materia administrativa y laboral.

Si bien es difícil actuar y razonar como si estuviéramos en tiempos normales, porque no es el caso, es necesario suponer que la SCJN actuará con equilibrio constitucional en los casos que revisa y resuelve. Sería un equívoco suponer, y menos exigir, que sea una Ministra de oposición al gobierno de López Obrador. No es el caso, ni debería serlo. Es una Ministra que se guiará por los preceptos constitucionales de cada caso y situación. Esa mesura y equidad es lo que la República demanda desde hoy.

Bajo estos preceptos, la revisión de los tantos casos que han sido impugnados que aprobó la mayoría morenista, sabiendo que violentaba la Constitución, deberán revisarse a la brevedad para darle al país el equilibrio y serenidad que merece. Podríamos estar ante la lección más importante para la sociedad mexicana acostumbrada a torcer la ley, poco o mucho.

La lección sería que el Estado de derecho y la Constitución son la última y más importante barrera que nos mantiene sanos y democráticos. Presumir que podemos brincar esa barrera y salir inmunes viviendo sin normas es como suponer que la sociedad tragará las mentiras de la Ministra Esquivel.

Debemos felicitar a la SCJN por haber regresado a México a la ruta hacia la cordura y la paz social. Ni más ni menos.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep

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