COLUMNA INVITADA

No más robo de mascotas: por los derechos y bienestar animal

¿Quién de nosotras y nosotros no tiene a algún animalito de compañía en casa, que nos espera impaciente para recibirnos y compartir su cariño?

OPINIÓN

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Temístocles Villanueva Ramos / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

¿Quién de nosotras y nosotros no tiene a algún animalito de compañía en casa, que nos espera impaciente para recibirnos y compartir su cariño? Nuestra Ciudad, como una ciudad de vanguardia, ha reconocido en su Constitución a todos los animales como seres sintientes, a la par de que les nombra como sujetos de protección y depositarios de derechos. 

Se trata de una regulación progresista y garantista, que asigna responsabilidades a las personas tutoras y al gobierno y tiene como finalidad garantizar el desarrollo en condiciones dignas y saludables de todos los seres sintientes, libres de maltrato, explotación y toda actividad que atente contra su bienestar. Así, en la Ciudad de México, la agenda animalista es una obligación política y legislativa, que compete a gobierno y ciudadanía por igual. 

En casa yo tengo dos gatitas y dos gatitos, quienes no sólo son parte fundamental de mi hogar, sino que me cuidan tanto como yo a ellos; eso es lo que nos dota de un sentido muy valioso de familia. Así pues, en la gran diversidad de composiciones familiares que hoy conforman nuestra sociedad, cada vez es más evidente la importancia que tienen los animales de compañía que, sin sustituir ningún rol, son mascotas y auténticos integrantes de la familia. 

De hecho, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 73.4% de las personas adultas que viven en México reportan cohabitar con al menos un animal de compañía, mientras que 57 de cada 100 hogares reportan contar con una mascota. La misma institución estima que esta cifra pudo haber aumentado a raíz de la pandemia, la cual motivó la búsqueda de animales domésticos que brindaran compañía y cariños durante los meses de encierro.

La importancia que tienen los animales de compañía para sus tutoras y tutores, sin embargo, los ha puesto también en la mira de nuevas dinámicas y actividades criminales como el robo, secuestro y explotación. La comisión de este tipo de delitos se ha vuelto una realidad generalizada en la Ciudad de México. De hecho, de acuerdo con el estudio realizado por la compañía de seguros HelloSafe en 2021, a lo largo de la última década, los casos de robo o secuestro de mascotas han aumentado en 125%. De estos casos, los animales más susceptibles a ser objeto de robo o plagio, son los perros y, particularmente, algunas razas usadas para venta, cruza o, incluso, peleas de perros. 

Esta realidad requiere respuestas frontales, empezando por tipificar y sancionar esta actividad criminal como tal. Hasta la fecha, y pese a la información disponible, el robo y secuestro de animales de compañía sigue sin estar tipificado en el Código Penal de la Ciudad. Esto constituye una barrera para la protección de los seres sintientes con los que compartimos nuestra vida y entorno, e impide que sociedad y gobierno cumplamos con la obligación constitucional de procurar su plena protección como seres sintientes.

En el Congreso de la Ciudad, desde su I Legislatura, se ha convertido en un tema pendiente. Diputadas y diputados de distintas fuerzas presentaron diversas iniciativas a fin de tipificar el robo y secuestro de animales de compañía. Por ello, como parte de la agenda animalista que se ha impulsado desde el inicio de esta segunda legislatura, he presentado una iniciativa para tipificar y sancionar el secuestro y robo de animales de compañía, con agravantes cuando ésto ocurra en contra de animales de asistencia (es decir, aquellos que asisten a personas con algún tipo de discapacidad, y cuya compañía es de vital importancia para dicha persona). Con ello, lo que buscamos es nombrar, desde la norma penal, un fenómeno que nos hiere como sociedad. Pero no sólo para castigarlo, sino también para diseñar mecanismos y estrategias enfocados a su prevención. 

Es necesario, también, fortalecer y acompañar los importantes trabajos de la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuya titular, Lety Varela, ha hecho una excelente labor para realizar actividades de difusión y protección del bienestar animal, incluyendo la intervención para el rescate de un ser sintiente en situación de peligro o maltrato. 

También como tutores de animales de compañía tenemos la responsabilidad de darles de alta en el Registro Único de Animales de Compañía (RUAC) de la Agencia de Atención Animal (AGATAN). Este registro permite que la agencia genere políticas públicas de protección animal como campañas de esterilización, vacunación, desparasitación, entre otras. Además, cuenta como un registro oficial que ayuda en casos de denuncia por robo o secuestro.

En suma, los seres sintientes, tal como los hemos nombrado, juegan hoy un rol fundamental en nuestra vida. Por ello, debemos asumir el compromiso de protegerlos de las dinámicas que ponen en peligro su integridad y avanzar en una agenda de reconocimiento y garantía de sus derechos. Eso es parte de la construcción de una Ciudad de derechos para todas y todos, incluyendo a nuestros michis, lomitos y demás amigos animales. 

Temístocles Villanueva Ramos
@TemistoclesVR

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