COLUMNA INVITADA

Territorios compartidos

Tan sólo una muestra, puede aclararnos la anterior idea, pues en este año 2023, ya existen ocho mil millones de alientos, y por tanto, tenemos que buscar objetivos conjuntos

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Al comenzar el año, las buenas intenciones están contenidas en un único planeta, país, estado, provincia, municipio, trabajo y hogares.

Parecieran diferentes, pero todas se refieren a la vida, no pensemos ni por un momento, que estamos desconectados, por el contrario, cada vez, nos acercamos más; ya que el espacio vital se reduce, cada día.

Tan sólo una muestra, puede aclararnos la anterior idea, pues en este año 2023, ya existen ocho mil millones de alientos, y por tanto, tenemos que buscar objetivos conjuntos.

Iniciar otro año, es un panorama que implica la reciprocidad, solidaridad y la construcción a partir de modelos que sean parte sustentable de un solo planeta, porque ahora se carece de miles de recursos que antes dábamos por sentado.

Recapitular, implicará que se reformulen, lo que habrían sido ideas consolidadas dentro del statu quo, como el creer que el dinero obtenido a través del trabajo es ilimitado para lo que se quiera destinar.

No sólo tendrá sentido tener un trabajo remunerado, será necesario establecernos límites, con relación a nuestra economía, a efecto de consumir menos productos, aunque podamos costearlos. Aquello que durante años fueron parte de lo que se consideraba como emancipación de la pobreza, tales como consumibles proteicos, azucarados, desechables, por lo cual, ello incluye nuestra alimentación, el desplazamiento urbano, el gasto energético de hidrocarburos, nuclear, eléctrica, agua y gas y los desechos en todas las versiones, porque de ello dependerá la subsistencia del todo. 

Pero el compromiso será también del conjunto, y me refiero a toda la producción de lo que ahora puede dañarnos de forma permanente, y sus regulaciones gubernamentales a lo largo del planeta. Ello abarca a las empresas y políticas verdes.

Hacer un recorrido por los problemas crecientes en un mundo enteramente conectado, como son la desesperanza y crecimiento de enfermedades mentales; aunado a acontecimientos de desestabilización climática, destructivamente intensas, nos debe dar una perspectiva de la obligación creciente de un giro disruptivo que, de no realizarse voluntariamente, será de forma brusca. En ese sentido, el cambio ya no es una elección.

Ante todo ello, la visión positiva, es que estamos tomando una noción de la colectividad, dentro de un sistema que atraviesa una transición, llena de incertidumbre e inestabilidad que nos ha dejado carente de opciones, por lo que un nuevo panorama es involucrarse de forma masiva para coexistir.

Para ello será necesario seguir las reglas y no evadirlas, asumir las consecuencias y dar ejemplos de vida. Dejar de lado prácticas que privilegien la destrucción, porque aportan una gran economía.

La única forma de variar el presente escenario es de la mano de la verdad, ya que no podemos mentir, porque la naturaleza es completamente ajena a intereses individuales de las personas; y simplemente nos ha prestado su inmensidad para habitarla. Pero claro, hemos sido desconsiderados, ello se refleja en la descomposición social que lleva aparejado un cinismo en el que creemos ser mejores que aquello que nos da vida.

Para regresar a la esencia de la integración indisoluble con lo natural, debemos aceptar que hemos fallado y reconducirnos, pues de lo contrario nos será arrebatado el estado de supuesto bienestar del que gozamos.

Es tiempo de que nuestro nuevo año empiece con hacer el bien, no por una época determinada, sino debido a que es lo correcto, en un territorio compartido. Expliquemos lo anterior, para que tenga sentido. Un modelo matemático de Kuramoto (o modelo de Kuramoto-Daido) utilizado para describir la sincronización; ha encontrado aplicaciones en áreas de interacción humana, donde se demuestra la ineludible dependencia de unos con otros. Por ejemplo, en la enorme diversidad de familias, con plena libertad, los niños y niñas, sienten más soledad, inseguridad, paralelamente a la dependencia de elementos digitales. Cuando la niñez tiene cosas materiales de sobra, pero carece de atención amorosa, se generan situaciones en las que tendremos adultos con más enfermedades psicosociales, sustituyendo la imaginación con destrucción.

Otro resultado notable de dicha aplicación matemática, es que, en un mundo modelado por la mentira, la integridad se diluye, creando ambientes de desconfianza, frustración y agresividad. La buena nueva es que tenemos un entorno recuperable; y ello es una perspectiva brillante.

Seamos parte de la consciencia y plenitud compartida, para poder contar con un diferente mañana.  

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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