MALOS MODOS

Presidentes que se achican ante los criminales

El sexenio empezó con el presidente que, en el coche, le dice a un ciudadano que pide la intervención del ejército en su comunidad que no: que nada de soldados, que los criminales también son seres humanos

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El sexenio empezó con el presidente que, en el coche, le dice a un ciudadano que pide la intervención del ejército en su comunidad que no: que nada de soldados, que los criminales también son seres humanos. Luego, tenemos el culiacanazo, cuando el mismo presidente, según sus palabras, decidió liberar a Ovidio Guzmán en algún momento impreciso mientras, con Culiacán sitiado, volaba a Oaxaca.

Tenemos, enseguida, el énfasis con que llamó “señor” al Chapo Guzmán, y el énfasis con que lamentó que estuviera pasándola mal en la cárcel gringa. Está el momento en que dijo que el crimen organizado se portó muy bien en las elecciones intermedias y que gracias, cuando abundan los indicios de que el crimen organizado controló las elecciones en demasiados lugares.

Está la premura con que hace poco dijo que sí, que iba a ver la manera de traerse al propio “señor Guzmán” a México, a petición del interesado. Sobre todo, están los números de asesinatos y las varias señales de alarma en los Estados Unidos porque amplias partes de nuestro país están controladas por las mafias, la última de las cuales probablemente se la debamos a Mike Pompeo, el secretario de Estado de Trump, que en un libro reciente habla de “territorios sin gobierno”.

Fue en consideración a todos esos episodios que, en Twitter, me pareció una gentileza preguntarle a El Fisgón y Jenaro Villamil si les parecía oportuno abrir una conversación sobre presidentes que se achican frente a los criminales. El término, achicarse, no se me ocurrió a mí: así habla El Fisgón en una caricatura, la que detonó mi pregunta: oooootra con Felipe Calderón, en la que dice que el ex presidente eso, se hace chiquito cuando habla “El Grande”, en referencia al mafioso que testifica en el juicio a García Luna.

Hubo respuesta del propio Jenaro, ya saben: que me dedico a defender ex presidentes y blablabla, y un retuit muy de Sabina Berman, que habla de mi apunte como de “la política vista como bravuconería de machitos”, pero evita convenientemente decir algo sobre la única machorrada, la que motivó mi pregunta, que es la de El Fisgón, o sobre Villamil. Si digo que intentaba tener una gentileza es porque incluso el trabajo de propagandista, el que practican los tres, requiere de cierta inteligencia. En serio: no expongan así al jefe.

Por supuesto, como entiende cualquiera con una cabeza menos deshonesta intelectualmente, no se trata de elegir entre una guerra a pecho descubierto contra el crimen organizado, una estrategia de tierra arrasada, o sea: entre la bravuconería que el presidente sí dispensa en las mañaneras, y el vacío inmoral de los “abrazos, no balazos”. Se trata de desarrollar una estrategia clara y viable, y de mostrar la firmeza obligada en un presidente. De penita ajena, francamente, tener que repetirlo tantas veces.

JULIO PATÁN

COLABORADOR

@juliopatan09 

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