Hace unos días, trabajadores del Metro, como mecánicos, ingenieros y choferes, aseguraron que los accidentes que se han registrado últimamente en este sistema de transporte colectivo, corresponden a un sabotaje que, según la Real Academia Española, significa: daño o deterioro que se hace en instalaciones, como procedimiento de lucha contra el Estado en conflictos sociales o políticos.
Incluso personal especialista del Metro puso nombre y apellido a los causantes de estos incidentes, al señalar en medios de comunicación a los “allegados al eterno líder sindical, Fernando Espino, quienes aseguran, han utilizado piezas de rehúso” y eso ha provocado los incidentes atípicos.
Pero, ¿por qué allegados a dicho líder sindical, que lleva más de 40 años en el cargo, harían algo tan perverso? ¿Acaso será porque desde que llegó Guillermo Calderón como director del Metro, “se frenaron los saqueos y la desaparición de cable de cobre que era vendido de manera masiva”, así como robos de motores, que según medios de comunicación ascienden a 20 y que tienen valor de medio millón de pesos cada uno, y que fueron desarmados para ser vendidos en el mercado negro? O, ¿será porque algunas fuentes aseguran que “empresas ligadas a Espino perdieron contratos millonarios” en la actual administración de Calderón Aguilera?
De ser cierto esto, entonces se confirmaría lo que a todas luces se ha especulado, que los accidentes no son casualidades, sino intencionales, algo que ingenieros militares han estado documentando mediante inspecciones y peritajes en las instalaciones del Metro y quienes han constatado que “no se están atendiendo correctamente los procedimientos establecidos, que se reutilizan piezas viejas y se dañan deliberadamente luces y cables”, acciones que no pudieran ser causadas por los usuarios de este transporte, pero sí por consigna de su líder, y de manera dolosa u omisa de algunos trabajadores que tienen acceso a los talleres y conocen la operatividad técnica de este transporte.
Afortunadamente las investigaciones continúan y estoy seguro de que, la voluntad y compromiso que ahora prevalece en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, serán fundamentales para esclarecer cada uno de los accidentes que han cobrado la vida de seres humanos y han dejado varios lesionados.
Ojalá que por fin se vea la luz al final de los túneles, ya que los accidentes que últimamente se han registrado no corresponden a errores humanos, sino a posibles fallas deliberadas con el fin de causar un daño a las instalaciones, y lo más grave, a los usuarios, con el objetivo siniestro de desestabilizar al actual gobierno de la ciudad, como venganza por haber “frenado” las jugosas ganancias que se obtenían a través del histórico saqueo al Metro.
POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO FEDERAL DE MORENA
@JULIOC_MORENO
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