El gobierno federal elevó a categoría de seguridad nacional los “accidentes” que han ocurrido en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, con un operativo similar al que implementó para frenar el robo de combustible, mejor conocido como huachicol.
Elementos de la Guardia Nacional se preparan, no sólo para vigilar las instalaciones, sino para tomar el control de áreas estratégicas como el rastreo y operación de trenes en todas las estaciones.
Además, me anticipa una fuente de Palacio Nacional, preparan un expediente que pondrá en evidencia el modus operandi del sindicato que encabeza Fernando Espino porque, parte de la responsabilidad de los accidentes, se la atribuyen a los sindicalizados.
A eso se refieren cuando el director del Metro, Guillermo Calderón, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hablan de que detrás de lo acontecido recientemente está la “mano del hombre”. Tienen certeza de que todos los “accidentes” han sido provocados, por lo que Andrés Manuel pidió no escatimar ningún esfuerzo para desenmascarar a los autores. La hipótesis que sostienen desde los gobiernos local y federal es que el sindicato podría estar detrás de los sabotajes, por un interés económico y político. No tienen identificado aún para quién podrían estar trabajando los sindicalizados, pero están seguros de que todo ha sido provocado.
En el ámbito económico observan que el grupo sindical mayoritario busca ampliar los beneficios que tiene actualmente y una forma de conseguirlo sería presionando y “evidenciando” falta de recursos para tareas de mantenimiento. Por la parte política, la 4T considera que los trabajadores del Metro y sus líderes sindicales buscan desprestigiar con los accidentes a la jefa de gobierno. Quieren que bajen sus bonos de cara a la sucesión presidencial del 2024. No saben, sin embargo, de quién es la mano que mece la cuna, aunque no descartan que trabajan para alguien de la oposición, con el propósito de asestar otro golpe a Morena en la CDMX, ahora que está más debilitado que nunca tras la debacle electoral del 2021, donde perdió más de la mitad de las alcaldías.
Lo cierto es que no saben aún qué fuerza política podría estar detrás de todas estas maniobras, más cuando desde hace 26 años la izquierda gobierna la capital, cosa que hace pensar que no necesariamente es alguien de la oposición. En una de esas hasta fuego amigo podría estar detrás de todo esto, por tratarse de la sucesión en la Presidencia de la República y en el gobierno de la CDMX en donde Morena y la jefa de gobierno se juegan su futuro político. Esa es la razón por la que el presidente López Obrador metió a la Guardia Nacional al Metro en donde implementarán tareas de inteligencia y operativos muy agresivos para frenar los “accidentes” tal y como en su momento lo hicieron en Pemex para frenar el imparable robo de combustible.
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En círculos de la 4T corre la versión de que la salida de Ricardo Mejía, del gobierno federal, es parte de una estrategia del presidente López Obrador para quedarse con la gubernatura de Coahuila. El exsubsecretario, dicen, sería el Plan B de Morena, porque Armando Guadiana, el “candidato” formal del partido guinda, tiene un negro expediente que podría dejarlo fuera de la contienda, pero le dieron la oportunidad de participar para no dividir al partido. Sin embargo, llegado el momento, Mejía, virtual candidato del PT y el PVEM (aliados en todo de Morena), podría quedarse con la nominación formal, representando incluso al partido de AMLO. ¿Será esto posible?
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Dato revelador dieron a conocer representantes de la Red Nacional de Intérpretes y Traductores de Lenguas Indígenas del país: de no modificarse la política y estrategia pública en torno de las lenguas indígenas mexicanas, la totalidad de éstas desaparecerá en 90 años.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
LSN