ARTICULISTA

Uno de los últimos surrealistas

El artista visual, de origen canadiense, Alan Glass (1932-2023) considerba que, desde su niñez, fue surrealista; cuando conoció a André Breton, lo reafirmó

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El artista visual de origen canadiense Alan Glass (1932-2023) sentía que nació surrealista, aunque se reafirmó en ello cuando conoció a André Breton en París, donde vivió durante diez años en la década de los cincuenta, hasta que un sobresaliente descubrimiento le llevó a México en 1963. En nuestro país, desarrolló una fructífera trayectoria que le mereció varios reconocimientos, entre ellos pertenecer desde 1999 al Sistema Nacional de Creadores de Arte y en 2017, la Medalla Bellas Artes.

Él mismo relataba que luego de ver una calaverita de azúcar en la casa de Aube Elléouët, hija de Breton, se sintió maravillado y decidió radicar en México. “Sentí que quería vivir en un país que creaba objetos así; podría parecer una motivación modesta, pero para mí fue algo muy intenso... Como México era un país surrealista, todo era posible”.

Extraordinariamente sensible, toda su vida se maravilló con las cosas cotidianas, con asociaciones y coincidencias significativas, que llevaron a objetos de arte. Glass se dedicaba por completo a pintar y construir sus cajas-objeto con objetos encontrados como botones, guantes, muñecos, conchas de mar o pedazos de tela, entre otros —muchos de ellos hallados al azar en sus recorridos por mercados de pulgas de diferentes países—, por los que sentía una atracción especial.

Desde pequeño mostró un gran talento para el dibujo y la pintura. Asimismo, sus largas estancias en el ambiente silvestre del monte Saint-Bruno, en Canadá, afinaron sus sentidos y determinaron en gran medida su estilo artístico: “Yo nací surrealista, y mi manera de percibir las cosas desde niño me permitió serlo. Creo que todos los niños, antes de que les manden a la escuela, tienen una visión surrealista de las cosas, una capacidad de maravillarse, de hacer asociaciones... pero más tarde, con la educación, nos quitan todo eso”, afirmaba el creador.

Una de las características esenciales del arte-objeto se vincula al ensamblar los objetos encontrados o seleccionados, en “cajas-recipientes”. Las cajas de cristal arte-objeto de Glass contienen diversas narrativas sobre el tiempo, ya que se han hecho con el transcurrir de los años.

Los artistas de arte objetual conforman su material de ensamble a partir del objeto encontrado fuera de sus talleres, tienen que hacer la búsqueda en lugares insólitos para obtener la materia prima. El sistema de encontrar el objeto idóneo lo genera cada pieza, ya que en la selección de las partes, provoca contundencia en el objeto. La recolección es inherente al ser humano, pasamos toda la vida comprando, recolectando, coleccionado, conservando, objetos, que pasan a ser basura o tienen la capacidad de ser recreados y obtienen el status de objeto artístico.

Glass era un visionario de los desechos al estilo del artista alemán Kurt Schwitters en la búsqueda obsesiva de objetos en los basureros, bodegas o mercados de pulgas. Al respecto, Jorge Blanco comentaba que “en cada una de las piezas de Alan Glass funcionaba como si fuera un oráculo: un conjunto de objetos y de signos que le dictan por dónde ha de seguir y, en el proceso dan sentido a su vida”.

Alan Glass murió a los 91 años, uno de los últimos exponentes del arte surrealista que deja una huella importante en la escena artística de México, cuyo legado también permanecerá en numerosas colecciones internacionales.

POR BERNARDO NOVAL

CEO MUST WANTED GROUP

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