ANÁLISIS

La profecía de la paz

Los conflictos violentos en Ucrania y Perú exigen nuevos sembradores de paz

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La guerra en Ucrania está cerca de cumplir un año. Un conflicto que no debió ser se alarga e ingresa a escenarios aún más oscuros. Frente a esto, algunos nos identificamos con el grito: “cuando se rompe el hilo del diálogo, se abre de par en par el abismo de un choque que deja en el campo sólo a los vencidos”.

En efecto, esta es la idea central de un pequeño volante que expresa el juicio del movimiento internacional “Comunión y liberación” (CL) ante el escenario de guerra en Ucrania. En torno a esta sencilla pero potente idea, el pasado viernes 20 de enero se celebró en la ciudad de Roma un encuentro intitulado “La profecía de la paz”. Los expositores principales fueron Marco Tarquinio, Director del periódico “Avvenire”; Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las relaciones con los estados de la Santa Sede; y, Davide Prosperi, presidente de CL.

Monseñor Gallagher destacó en su intervención: “Siempre hemos sostenido que Ucrania tiene derecho a una defensa justa”, pero esta “debe ser una defensa proporcionada”. “Lo que no queremos y lo que creo que nadie quiere es que eso realmente sea una razón para escalar el conflicto. Queremos que sea un motivo para promover la paz y ayudar a todas las partes a darse cuenta de la gravedad de la situación".

El comentario de Gallagher no podría ser más oportuno. Dos días después del mencionado encuentro, el domingo 22 de enero, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, ha afirmado que entregar “armas ofensivas” a Kiev conducirá a “una catástrofe global”. Más aún, Volodin sentencia: “estas acciones llevarán a una “represalia con armas más potentes”. Las palabras del diputado no son un mero ejercicio retórico. Por una parte es verdad que Rusia posee un arsenal aún “más potente”. Por otra, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha anunciado que visitará Ucrania para evaluar el envío de tanques “Leopard”, al campo de batalla.

El conflicto ucraniano no es el único que amerita ser atendido y entendido. Existen más de 100 conflictos activos, con diversos grados de intensidad, a lo largo del mundo. Pensemos por un instante en la represión violenta del gobierno peruano contra quienes desean restituir en el poder al expresidente Castillo, y que ya ha cobrado más de 90 vidas en unos cuantos días. Los detalles coyunturales de todas estas violencias son muchos. Sus causas son complejas y al final del análisis desapasionado no es fácil dibujar un lienzo en blanco y negro. Todas las partes poseen responsabilidades graves. Todas las partes están llamadas a una reconsideración a fondo.

El papa Francisco, el mismo domingo 22 de enero, refieriéndose a Perú, pronuncia unas palabras que deberían trascender “urbi et orbi”: “la violencia extingue la esperanza de encontrar una solución justa a los problemas”. Todas las partes deben retomar “la vía del diálogo entre hermanos de una misma nación, con pleno respeto de los derechos humanos y del Estado de Derecho”. Mientras la violencia sea recurso, mientras no se sumen más voces a favor de la “profecía de la paz”, todos sin excepción, nos encontraremos en grave riesgo.

POR RODRIGO GUERRA LÓPEZ

SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA

E-MAIL: RODRIGOGUERRA@MAC.COM

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