Los resultados electorales del pasado 8 de noviembre en Estados Unidos le dieron una bocanada de aire político al presidente Joe Biden, pero el escándalo de los papeles con el sello de Top Secret en sus propiedades la esfumaron, al grado de poner en riesgo la segunda mitad de su gobierno y una hipotética reelección.
Los más beneficiados con ese escándalo son el Partido Republicano, el expresidente Donald Trump y, por supuesto, el nuevo speaker de la Cámara baja, Kevin McCarthy, porque le urge demostrar un verdadero liderazgo, por eso de inmediato se volcó contra Biden sobre el tema.
Los republicanos estaban de capa caída, porque los resultados en las elecciones de medio término no fueron lo que ellos esperaban, no hubo tal barredora electoral en el Congreso, sólo consiguieron 222 asientos, nueve más de los necesarios para tener el control de la Cámara baja.
En el Senado, las cosas para los republicanos no son mejores, los demócratas tienen el control con 51 curules.
Un Biden envalentonado por los resultados decidió echar toda la carne al asador en su política migratoria y antes de venir a México visitó la frontera en el Paso, Texas, la primera en dos años de gobierno, pero 24 horas después se dio a conocer el hallazgo del primer archivo de papeles secretos bajo su poder, de cuando era vicepresidente.
El mandatario se dijo muy dispuesto a cooperar con las autoridades para aclarar cómo llegaron esos primeros 10 documentos a su oficina privada en Washington, contrario a Trump, quien enfrenta una investigación por obstaculizar la entrega de 325 archivos con la leyenda “información confidencial compartimentada", que guardó en su casa de Florida.
El problema es que el equipo de Biden dio a conocer el descubrimiento de los documentos, el 9 de enero, aunque el hallazgo se realizó el 2 de noviembre, seis días antes de las elecciones legislativas. Si se hubiera ventilado en ese momento el hallazgo, la historia de los resultados electorales podría haber sido otra.
Días después, se dio a conocer el descubrimiento de un segundo y tercer paquete de archivos en la casa y cochera del mandatario estadounidense, en Delaware, por el momento no es claro el contenido de los papeles, aunque se habla de que contienen información sobre Ucrania, Irán y Reino Unido, asuntos de primera importancia.
El viento ha cambiado, y Biden se halla en el ojo de la tormenta, gracias a una investigación encargada por el fiscal general de EU, Merrick Garland, al abogado Robert K. Hur, como investigador especial, figura a la que el Departamento de Justicia recurre para evitar posibles conflictos de intereses.
Según la ley estadounidense, son documentos de acceso restringido y tienen que ser custodiados con determinadas medidas de seguridad mientras la persona está en el cargo. Cuando lo deja, su destino está claro: los Archivos Nacionales.
Puede ser que Biden resulte culpable, pero sin sanción legal por su fuero, aunque el castigo puede ser más bien de tinte electoral.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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