COLUMNA INVITADA

A Dios rogando y con el mazo dando

“La luz es médula de sombra”. Antonio Gamoneda (1931)

OPINIÓN

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Luis Ignacio Sáinz / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La oscuridad brilla pese a todo, alguna ascua o destello se cuela en sus tripas, por eso podemos afirmar que en la peor de las circunstancias irrumpen fulgores de optimismo de que las cosas tenderán a mejorar. De no existir semejante confianza se paralizarían los ánimos y las voluntades. Ahora bien, eso supone renunciar a la contemplación y comprometerse con la realidad. Somos pues, hacedores de nosotros mismos, de nuestra historia; dueños, sepámoslo o no, de nuestro futuro entendido como destino. A ratos pareciera que la actualidad mexicana lo contradice y colectivamente nos sumimos en el despropósito de lanzar adjetivos como si fuesen dardos envenenados, renunciando a lo que nos hace propiamente lo que somos: la capacidad de pensar para analizar y comprender, en aras de construir rumbos de acción.

La pertinencia de los clásicos reside en que nos ayudan a entender, nos acompañan en el empeño de interpretación de nuestra inserción en la realidad. Así Aristóteles, quien nos recuerda que: “Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra ... (que) existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto” (Política, I, 1553 a). Fatiguemos el lenguaje para explicarnos, compartiendo nuestras ideas, convicciones y hasta intereses, dialogando y debatiendo, polemizando incluso, pero no para anidar mentiras orientadas a desacreditar a esos otros que son, en dado caso, adversarios y no enemigos.

No nos ceguemos por nuestras preferencias, aun los delincuentes gozan del beneficio del “debido proceso” y de la “presunción de inocencia”. Agotemos las instancias legales y reconozcamos la vía jurisdiccional como base del proceso de deslinde de responsabilidades. Prescindamos de las picotas y los patíbulos. Y exhortemos, acaso urjamos y obliguemos, a que las instituciones cumplan su papel y revisen sus procedimientos en una mínima autocrítica.

La reciente identidad entre la UNAM y Poncio Pilato resulta inaceptable. Patético el lavado de manos del rector Graue. El caso de la ministra Yazmín Esquivel Mossa es vergonzoso para todos los implicados, el promovente de la candidatura, el Ejecutivo federal, los que la eligieron sin escrutinio severo de sus cartas credenciales, el Senado de la República, y los tirios y troyanos que desatado el escándalo confunden a la opinión pública esperando que la SEP zanje un galimatías entre cancelar un título e invalidar una cédula o patente para el libre ejercicio de la profesión, que no son sus atribuciones sino las de un juez mediante sentencia.

El Estagirita no cesará de sorprendernos cuando con pasmosa naturalidad asevera: “La esperanza es el sueño de los despiertos”, que para materializar su intención última requiere de un matiz: “A dios rogando y con el mazo dando”. Lo que sólo ocurre mediante el recurso de la razón, potencia que exige un vehículo concreto de expresión: el lenguaje, considerado por Martín Heidegger como “la casa del ser”. El ser humano deviene así solitario animal provisto de la palabra: “Zoon lógon éjon”. Afirmemos el carácter, renunciemos al temperamento. Pensemos con argumentos, desechando las injurias y los improperios.

POR LUIS IGNACIO SÁINZ
COLABORADOR
SAINZCHAVEZL@GMAIL.COM

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