Así como en el siglo XXI resulta indispensable que los jefes de Estado y de Gobierno convivan con sus pares para compartir e intercambiar visiones sobre los retos que enfrentan sus países y el mundo, con el objetivo de enriquecer sus propios puntos de vista; es importante que existan espacios de análisis, discusión y generación de propuestas sobre los grandes temas de la agenda internacional. El Aspen Ministers Forum (AMF) es uno de ellos.
El AMF es una plataforma de diálogo integrada por exministros de Relaciones Exteriores de todo el mundo. Fue fundado en 2003 por Madeleine Albright, secretaria de Estado con Bill Clinton, y una de las internacionalistas más prominentes del siglo XX. Pensado inicialmente para fortalecer los lazos entre Estados Unidos y Europa, hoy este foro tiene un alcance global.
La exsecretaria Albright me invitó a participar en el AMF tras concluir mi responsabilidad como canciller de la República. Desde entonces, he asistido a las reuniones anuales donde, junto con especialistas, buscamos convertir el diálogo en recomendaciones concretas que contribuyan al trabajo de las instituciones internacionales y los foros multilaterales.
La reunión de 2022 fue particularmente relevante. Primero, para honrar la memoria de Albright, quien falleció en marzo pasado. De ahí que esta vez la cita fue en su natal Praga, de donde su familia escapó primero del nazismo y luego del golpe de estado de 1948, hechos que contribuyeron a que Madam Secretary fuese una apasionada e implacable defensora de la democracia.
Precisamente ese fue el gran tema a debate: las amenazas que enfrenta la democracia liberal ante el auge de autoritarismos y populismos; la creciente desinformación y fake news que polarizan y erosionan la cohesión social, así como el cuestionamiento creciente a las instituciones y el derecho internacionales que han sostenido la paz y el desarrollo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En esta oportunidad, compartí la situación que vivimos en México con mis contrapartes de la Unión Europea, Israel, Nueva Zelanda, Suecia, El Salvador, Estados Unidos y Ucrania, así como con representantes de organismos internacionales y organizaciones civiles, diplomáticos e invitados especiales, como Hillary Clinton. Una reflexión que comenté es que, pese a que el modelo democrático-liberal es el que ha creado más prosperidad en la historia, resulta indispensable reconocer sus limitaciones y atenderlas, como el desbalance entre desarrollo e igualdad.
Esto lleva a concluir la necesidad de un nuevo arreglo político —local, nacional y global— que, en mi opinión, debe basarse en tres pilares: Primero, una cultura política democrática que socialice de manera más efectiva nociones como los derechos humanos; segundo, colocar el desarrollo sostenible en un lugar prioritario de todas las agendas públicas, para cerrar brechas de desigualdad, erradicar la pobreza, mejorar la calidad de los servicios públicos y cuidar el medio ambiente; finalmente, mejorar los niveles de confianza ciudadana, tanto en las relaciones interpersonales como hacia las instituciones.
Esto último es quizá lo más importante: sin confianza no puede haber democracia. La confianza permite actos sociales fundamentales para la existencia de un régimen de libertades y derechos, como el diálogo y la construcción de acuerdos. Fenómenos como la polarización o los discursos de odio son producto de una desconfianza exacerbada en la sociedad. Y son la gasolina que inflama el autoritarismo al hacer permisible la violencia como norma de conducta.
Es de celebrarse la existencia de una plataforma plural, apartidista, integrada por personas de todas las regiones del mundo, unidas por la convicción de trabajar juntas para proponer soluciones a los desafíos globales. El Aspen Ministers Forum es, más que un espacio de discusión, un verdadero activo de la diplomacia internacional.
Claudia Ruiz Massieu
Senadora de la República
@ruizmassieu
MAAZ