APUNTES DE GUERRA

Tres partidos y un velorio…

PAN y PRD repetirán el modelo que en 2018 resultó en una de sus mayores debacles individuales y colectivas, y que les ha dado pocas alegrías

OPINIÓN

·
Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La semana pasada se confirmó que los tres partidos que conforman la abigarrada alianza opositora Va por México lograron, tras muchos ires y venires, un acuerdo para ir juntos en los procesos electorales de los estados de México y Coahuila y, lo más importante, para las elecciones presidenciales de 2024.

PAN y PRD repetirán el modelo que en 2018 resultó en una de sus mayores debacles individuales y colectivas, y que les ha dado pocas alegrías en los años subsecuentes, sólo que sumando a un hoy impresentable PRI. El autodenominado bloque opositor tuvo algunos resultados rescatables en las intermedias y en la Ciudad de México en 2021, pero no tuvo éxito en presentar un dique ante la mayoría reducida de los cuatroteístas de entonces para acá.

El PRI ha demostrado de qué está hecha su dirigencia a la hora de muchas votaciones sustantivas en el Congreso, y la urgencia aliancista le ha permitido a los tricolores salirse con la suya una y otra vez. Ahora el PRI se ha anotado un par de puntos adicionales al obtener la decisión de quienes serán los abanderados de la alianza en Coahuila y el Estado de México.

No ha sido sencillo ni barato mantener viva esta asociación tripartita, y los costos han económicos, prácticos y de principios: militantes opositores de trayectorias distinguidas, tanto del PAN como del PRD, han tenido que apechugar las indignidades a las que les somete la obligada cohabitación con un compañero de viaje que es rechazado hasta por sus correligionarios, los mismos priistas.

Es en parte por ello que Va por México no pudo sumar a Movimiento Ciudadano, cuyo dirigente, Dante Delgado, sabe bien que gana mucho más (y pierde mucho menos) yendo solo que mal acompañado.

Las encuestas no auguran grandes cosas para la alianza, que tal vez pueda darle batalla a Morena en Coahuila pero que tiene una ruta muy cuesta arriba en el EdoMex, donde la selección de candidata no parece haber tenido el impacto deseado entre la militancia de base priista. Aunque todavía falta mucho para las elecciones, un apostador optimista le daría una de las dos gubernaturas a Va por México y la otra a Morena, insuficiente para darle la vuelta a la carga inercial del partido en el poder de cara a las elecciones presidenciales.

Aquí es donde yo me pregunto cuál es la lógica de insistir en una coalición de partidos que han sido rivales históricos y además cargan con el lastre de no haberse renovado ni en sus dirigencias ni en sus plataformas ni en sus planteamientos a futuro.

Si la derrota de 2018 no pudo provocar siquiera el reconocimiento de que algo estaba muy mal, los resultados posteriores deberían ser la evidencia de que este menage-a-trois no tiene mucho futuro, por la simple y sencilla razón de que sólo ofrece volver al pasado. Y pues para nostalgias, ni quién le gane hoy al gobierno y a Morena.

Diría el gran José José, ya lo pasado, pasado.

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

PAL