CORREO DIPLOMÁTICO

Asociación del Servicio Exterior Mexicano

El SEM de carrera es el cuerpo permanente de diplomáticos, responsable de ejecutar la Política Exterior de México

OPINIÓN

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J. Omar Hurtado/ Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es indudable que México cuenta con un Servicio Exterior de carrera (SEM) profesional y de reconocido prestigio desde hace años, aunque ha pasado por algunos lamentables periodos por falta de atención de algunas administraciones en la Cancillería mexicana. Sin embargo, su solidez ha permitido que subsista, y con el tiempo ha consolidado su estructura y organización.

El SEM de carrera es el cuerpo permanente de diplomáticos, responsable de ejecutar la Política Exterior de México. Está integrado por funcionarios con la preparación suficiente, capacidad y vocación de servicio, acorde con la alta encomienda que se les asigna como representantes de México en las representaciones diplomáticas y consulares. Actualmente cuenta con su propia Ley y Reglamento.

Al igual que las Fuerzas Armadas, el SEM mantiene un sistema jerarquizado de ascensos y rangos y dos ramas: la Diplomático-Consular, que comienza con el rango de Agregado diplomático y concluye con el de Embajador y, la Técnico-Administrativa que empieza con el rango de Técnico Administrativo “C” y termina con el de Coordinador Administrativo. 

El ascenso escalafonario para llegar a la cúspide podría tardar hasta treinta años de carrera o más y no todos sus miembros alcanzan el rango máximo cuando llega la jubilación. Algunos privilegiados podrían alcanzarlo muy rápido. Los privilegios en rangos y cargos que existen hasta en nuestros días es una de las cuestiones que habría que abatir en el SEM en beneficio de la Institución.

No todas las plazas del SEM son ocupadas por miembros de carrera, también existen los nombramientos denominados “políticos” de embajadores hechos por el presidente de la República y temporales por Artículo 7 de la Ley del SEM, tanto en la rama Diplomática-Consular como en la Técnico-Administrativa, realizados por el secretario de Relaciones Exteriores. A ellos se suma el Personal Asimilado, con agregados militares, aéreos y navales, así como de distintas dependencias de la Administración Pública Federal.

Debido a que hay un reducido número de plazas en el SEM tanto de titulares como de rangos menores y un Escalafón de Ascensos saturado, los nombramientos denominados “políticos” y por Artículo 7 han llegado a inhibir las oportunidades para los cargos y ascensos del personal de carrera, cuyas promociones responden a rigurosos exámenes, evaluaciones de expedientes, superación académica y mucha paciencia y años de servicio.

Lo anterior no significa que no se reconozca al Presidente o al secretario de Relaciones Exteriores, la necesidad y facultad de hacer nombramientos para alcanzar determinados objetivos. Sin menoscabar las aportaciones de los nombramientos políticos y por Artículo 7, que también muchos de ellos son importantes, estos deben apuntar siempre a la defensa del interés nacional y a la estrategia de la política exterior mexicana, con una visión de funcionarios de Estado, que no respondan a intereses personales de algún líder político o partidistas. 

El Senado se encarga de analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal y ratificar los nombramientos que haga el presidente de embajadores y cónsules generales, entre otras cuestiones internacionales. El Senado se encarga de valorar la idoneidad de los nombramientos.

Lamentablemente en el presente sexenio sólo ha habido una sola convocatoria de la Cancillería para el examen de ingreso de carrera al SEM. El país requiere de un cuerpo diplomático profesional y especializado capaz de atender los asuntos internacionales con diligencia y sin improvisación. En este sentido, el SEM de carrera ha sido una Institución estratégica.

POR J. OMAR HURTADO
ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO (ASEM)

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