ORBITANDO

Haití, un país fantasma

Desde finales de 2022, los flujos de migrantes haitianos comenzaron a crecer de manera exponencial

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde finales de 2022, los flujos de migrantes haitianos comenzaron a crecer de manera exponencial. Miles de ellos buscan llegar a México para asentarse y después solicitar asilo a Estados Unidos y la verdad no tienen otra opción. Haití terminó de irse en picada con el asesinato del presidente Jovenel Moise.

A lo largo de todo 2022, México recibió 118 mil 478 peticiones de migrantes que solicitaron refugio, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados; en tercer lugar, aparecen los haitianos con 17 mil 68 solicitudes. Además, se registró una población de 51 mil 895 personas provenientes de Haití asentadas en México.

El país caribeño desde 2016 no celebra elecciones. Para ahondar la crisis, a partir del pasado lunes no tienen ningún representante electo a nivel nacional y, por consecuencia, Haití se ha convertido en un paraíso para las pandillas.

Sólo para darse una idea, los últimos 10 senadores que quedaban en funciones completaron simbólicamente su mandato, pero el Poder Legislativo dejó de funcionar en enero de 2020, cuando todos los diputados y dos tercios de los integrantes de la Cámara alta abandonaron sus cargos.

El asesinato, en julio de 2021, del presidente Moise por un comando armado en su residencia privada no hizo más que ampliar la ya profunda crisis política en la que estaba sumido el país por la decadencia de las instituciones públicas.

Hoy la máxima autoridad en esa nación fantasma es el primer ministro Ariel Henry, de quien se sospecha sobre la planeación del magnicidio contra Moise. Por cierto, fue designado sólo 48 horas antes de aquel atentado, por eso su legitimidad es cuestionada.

Por el lado de la ONU, las cosas no han sido mejores. A finales de diciembre de 2022, la vicesecretaria general de ese organismo, Amina Mohammed, instó a todos los países “con capacidad” a enviar un contingente internacional armado que ayude a restaurar la
seguridad y aliviar la crisis humanitaria de Haití.

Pero hay que recordar que luego de 13 años de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah, 2004-2017), que llegó a contar con nueve mil cascos azules y más de cuatro mil policías internacionales, fracasó.

Actualmente, la ONU sólo tiene una oficina política con 70 personas, aunque mantiene su mandato de “fortalecer la estabilidad política y el buen gobierno”, aunque no se puede olvidar un informe de 2019, más de 2,000 mujeres –muchas de ellas niñas– sufrieron agresiones sexuales por parte de los cascos azules.

Hoy 60 por ciento del territorio haitiano está bajo el control de las pandillas a las que se les atribuye 857 secuestros sólo en 2022 y trasiego de droga, porque el estado y sus poderes desaparecieron.

El futuro de Haití, en este momento, no está en manos de nadie. A los haitianos les urge ayuda humanitaria, no acuerdos migratorios que nunca se pueden cumplir del todo o expulsiones masivas a terceros países, la verdad eso no le sirve ni ayuda a nadie.

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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