El desarrollo del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) acaba de alcanzar un nuevo hito. Tras establecerse un panel de resolución de controversias a inicios de 2022 —solicitado en un principio por nuestro país y respaldado posteriormente por Canadá—, el día de ayer se emitió el fallo que favorecerá a la industria automotriz de la región. Gracias a éste, el tratado saldrá fortalecido y brindará a los tres países de América del Norte una certidumbre mucho más sólida.
El panel en cuestión tiene a su cargo la labor primordial de resolver una diferencia de interpretaciones surgida en torno a las reglas de origen aplicables al sector automotriz; es decir, una diferencia metodológica que, de no solucionarse adecuadamente, habría dejado fuera de los beneficios arancelarios a una parte importante de la industria. Esta discrepancia, originada en torno a la postura adoptada por Estados Unidos en junio de 2021, fue señalada por México y Canadá por sus inconsistencias con el tratado.
La raíz de tal conflicto se encuentra en la visión que cada uno de los países tiene de las reglas de origen establecidas. En comparación con el antiguo TLCAN, el T-MEC ha asentado mayores requisitos de Valor de Contenido Regional (VCR) para el sector. En él, los automóviles y vehículos ligeros, así como sus autopartes fundamentales, deben cubrir un mínimo del 75% de valor del producto originario de los países de América del Norte para contar con un trato libre de aranceles. Aunque se alcanzó al inicio el consenso con respecto a dicho número, no sucedió así con la forma de calcularlo.
Tanto para Canadá como para nuestro país, las autopartes fundamentales calificadas como originarias deberían ser consideradas al 100% en la suma total del VCR del automóvil. Sin embargo, Estados Unidos sostenía que cada autoparte aportaba a esta adición solo el porcentaje del producto generado en la región; es decir, un número mayor al 75% requerido, pero posiblemente menor al 100%. Esta interpretación significaba un obstáculo para la industria, pues ésta requiere de insumos de otros países y actuaba en detrimento de la competitividad de la región norteamericana.
El fallo favorable para México y Canadá en esta industria es una importante victoria para este sector. Este logro constituirá un hito en la integración de la industria automotriz en los tres países, una señal de certidumbre en el T-MEC y un precedente positivo para otras industrias que en el futuro pudieran enfrentar conflictos similares.
El fallo evitará costos desmesurados a los productores de la región y contribuirá a garantizar las cadenas de suministro. Por ello, y por ser una muestra más del entendimiento y la integración de Norteamérica, es una noticia muy esperada y digna de celebrarse.
POR FRANCISCO N. GONZÁLEZ DÍAZ
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE AUTOPARTES
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