COLUMNA INVITADA

Apuntes sobre la Cumbre

Y en medio de todo esto, y que ya lo he comentado en otras columnas, lo que está en juego es la posibilidad de vivir bajo un modelo que nos permita ser lo más libres posible. Lo que está en juego es la democracia y los valores e instituciones que la sostienen

OPINIÓN

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Javier García Bejos / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los mexicanos tenemos la muy mala costumbre de demeritar nuestro trabajo, de infravalorarnos y de achicarnos frente a otros que consideramos “superiores” a nosotros. Los orígenes de esos complejos culturales son de larga data y en ellos se involucran múltiples factores, pero no quiero profundizar sobre eso aquí. 

Esta semana se celebró en México la décima Cumbre de Líderes de América del Norte, y pese a todo lo que se le pueda objetar a las reuniones de esta naturaleza, pese al desdén de los críticos más furibundos de este régimen y pese a la inclinación favorable o no que se tenga sobre el actual gobierno, me parece que la lectura final debe ser más ambiciosa, inteligente e insertarse en el particular contexto global en el que vivimos. 

Tan solo para tener un poco de matices, démosle una breve ojeada a la situación política y social del mundo: 

En muchas latitudes del sur de nuestro continente abundan las crisis económicas y políticas derivadas de regímenes extremistas, tanto de izquierda como de derecha. En Europa, el cuestionamiento al modelo de mercado único cada vez recibe más embates de múltiples frentes. En Medio Oriente, la posibilidad de que sus pueblos vivan con libertad se está convirtiendo en una utopía salvaje. En lo que respecta al otro lado de Asia, la situación no pinta mejor, puesto que son pocos los países de esa región que garantizan una vida medianamente democrática y libre a sus ciudadanos. 

Y en medio de todo esto, y que ya lo he comentado en otras columnas, lo que está en juego es la posibilidad de vivir bajo un modelo que nos permita ser lo más libres posible. Lo que está en juego es la democracia y los valores e instituciones que la sostienen. 

Por eso, e independientemente de que se lleguen a concretar o no muchos de los planes y objetivos que se acordaron, el simple hecho de que una cumbre de esta envergadura se haya realizado en un contexto global como el actual, debe celebrarse. 

Hoy más que nunca queda claro, y así lo dijeron Biden, López Obrador, Ken Salazar y Trudeau, que el futuro de México, Estados Unidos y Canadá es y será un futuro compartido. Las tres naciones forman un bloque económico, político y social clave para la región, para el mundo y para la defensa de los mejores ideales y valores de la democracia, que hoy penden de un hilo. 

El mismo contenido de la Declaración de Norteamérica, en el que destacan temas como el comercio trilateral, el cambio climático, la seguridad regional, la migración y el desarrollo, los derechos humanos, la inclusión y la diversidad, la salud, el combate al racismo y la xenofobia, entre otros temas, manda una señal muy clara de cuál es y será la posición de este bloque económico en el mundo. 

Además, frente a toda la incertidumbre, cuestionamientos y críticas a la administración actual sobre si estábamos caminando por el sendero correcto, la Cumbre sirvió de respuesta para acallar las voces pesimistas y dejar muy claro que sí vamos por el camino correcto, que tenemos una sociedad sólida con nuestros principales socios comerciales, que existe un diálogo y una visión compartida para el presente y el futuro. 

La Cumbre dejó muy claro también que se está dando una reorganización del comercio: el nearshoring, y eso le abre a México enormes oportunidades de desarrollo, crecimiento y empleo, ya que nuestro país será el encargado de la manufactura de muchas compañías que se mudarán de Asia: el bloque norteamericano tiene el objetivo de hacerle frente a China. 

Y esa es quizá la mejor noticia de esta reunión. 

Los tres países saben muy bien que necesitan trabajar en equipo. Incluso, me atrevería a afirmar que Estados Unidos es el más interesado en que el bloque se fortalezca dada la debilidad de su liderazgo a nivel mundial. 

Y aquí regreso al párrafo con el que inicié este texto. Nuestro país tiene más importancia en el tablero global de la que usualmente le asignamos, tenemos mucho potencial y ventajas competitivas para crecer y el mundo de hoy nos está ofreciendo enormes oportunidades para hacer de este un mejor país para todos. 

Hagamos a un lado nuestras diferencias ideológicas, nuestras filias y fobias y veamos hacia adelante, no por nosotros o nuestros intereses particulares, veamos por el país y por el beneficio de todos. Nos espera un buen futuro, aprovechémoslo. 

POR JAVIER GARCÍA BEJOS
COLABORADOR
@JGARCIABEJOS

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