DESDE AFUERA

La batalla de propaganda

En la batalla mundial de imagen realzada por la invasión rusa de Ucrania, Estados Unidos y Europa

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la batalla mundial de imagen realzada por la invasión rusa de Ucrania, Estados Unidos y Europa parecen encontrarse en el lado perdedor frente a la opinión pública internacional.

El tema va más allá de que sectores de izquierda y sus medios favorezcan las versiones presentadas por fuentes rusas y chinas, sino que es la historia de los propios gobiernos occidentales la que trabaja en su contra.

De la inflación y su impacto en los alimentos y las vacunas contra el COVID-19, hasta la infraestructura, los derechos humanos e incluso los modelos básicos de gobernanza, EU y la UE luchan por convencer de que tienen más que ofrecer que los regímenes antiliberales.

Pero no son pocos los gobiernos en desarrollo que aceptan que muchos de esos problemas, como los de inflación, energía y alimentos, se deben a las actitudes occidentales contra China y en especial Rusia.

El punto rebasa la propaganda rusa o china de que sus rivales, Estados Unidos y la Unión Europea, son "los malos" de la película. Hay siglos de historia y actitudes que los apoyan.

“Tenemos la costumbre de presentarnos como los únicos guardianes de las verdades y valores universales de los derechos humanos, las normas jurídicas y democráticas internacionales”, dijo Hans Kribbe, cofundador del grupo consultor Shearwater, basado en Bruselas.

“En pocas palabras, nos consideramos el árbitro final, el juez final del bien y el mal, un poco como el Papa”, dijo Kribbe, quien hasta 2015 fue asesor del gobierno de Putin, durante un foro en agosto. Partes de su intervención fueron citadas por el diario South China Morning Post.

Y el punto, precisó, es que esa actitud es percibida como "arrogante, hipócrita y detestable" en gran parte del mundo, particularmente cuando Occidente dice que Rusia está "rompiendo normas sagradas al invadir otro país".

“Bueno, no, ya que tiendes a romper esas normas tú mismo cuando te conviene. Como por ejemplo, en Irak o en Libia, ¿es realmente tan sagrado, o solo es sagrado cuando están en juego sus propios intereses?" dijo.

El señalamiento de Kribbe es válido también para Estados Unidos.

Para Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad Internacional, el punto es evidente: “los efectos de los viejos resentimientos antiimperialistas y anticolonialistas siguen siendo poderosos”.

Esos sentimientos, según escribió, “se vieron reforzados durante la pandemia por la percepción de que se consideraba que los países desarrollados intentaban acumular vacunas y no hacían todo lo posible para ayudar al Sur Global a lidiar con el COVID-19”.

La situación estadounidense es similar, con la complicación del brutal debate que hoy consume su política doméstica y su tendencia a poner al mundo en desarrollo, América Latina en particular, en un plano secundario.

Lo cierto es que Rusia y China son los villanos por conocer mientras que Estados Unidos y los europeos son los que conocemos. Mala fórmula para hacer política exterior.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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