TRES EN RAYA

Entre santeros y charlatanes te veas

Integrar la medicina tradicional bajo un marco de seguridad, calidad y eficacia a la política de salud nacional pareciera más un justificante

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La propia Organización Mundial de la Salud considera importante la medicina tradicional. Sin embargo, en la presentación que tuvieron el Dr. Hugo López-Gatell y la Dra. María Elena Álvarez Buylla —ayer en la mañanera— en ningún momento se tomaron en cuenta los criterios de dicha organización al respecto. No hacerlo y a la vez considerar este tipo de medicina como parte de la política pública puede tener graves consecuencias.

La OMS solicita que la medicina tradicional sea: de calidad y de seguridad y eficacia probadas. Para ello, planteó en su “estrategia sobre medicina tradicional 2014-2023” tres objetivos estratégicos:

a) Desarrollo de una base de conocimientos y formulación de políticas tradicionales;

b) Fortalecimiento de la seguridad, la calidad y la eficacia mediante la reglamentación;

c) Fomento a la cobertura sanitaria universal por medio de la integración de servicios de medicina tradicional y la autoatención de salud en los sistemas nacionales de salud. ¿Algo de lo anterior fue dicho en Palacio? No, nada.

Aunque en México existe un marco legal normativo para la intervención de las parteras en los procesos de gestación y nacimientos, este no se acerca a los objetivos y especificaciones internacionales.

Desafortunadamente lo que pudiera (y debiera) ser una opción para la población, integrar la medicina tradicional bajo un marco de seguridad, calidad y eficacia a la política de salud nacional, pareciera más un justificante o pretexto para no otorgar a los mexicanos el nivel mínimo de servicios de salud pública que se requiere.

México lleva casi cuatro años de un desabasto mortal de medicamentos, tratamientos y material de curación. Enfermos de todas las edades han sufrido la falta de sus medicinas poniendo con ello en riesgo su vida, o perdiéndola. Pareciera que el tema de la medicina tradicional es para paliar la falta de medicamentos y la deplorable inversión en salud.

Ejemplos sobran; aquí uno: debido a una medicina tradicional mal entendida y peor desarrollada, el uso del Axolotl o ajolote en caldos con objeto de curar enfermedades respiratorias han puesto al simpático animalito al borde de la extinción. El mismo Axolotl, sin embargo, según el conocimiento de los investigadores y con base en el estudio del mismo, sorprende y fascina por su habilidad para reparar su médula espinal cuando sufre alguna lesión. Así, estudios han mostrado que puede reparar otros tejidos y curar heridas sin dejar cicatrices. Pero no usando directamente al Axolotl como tal, sino a partir de la manipulación de sustancias por este secretadas.

Algo parecido sucede con diversos hongos y plantas. Hay algunos que tienen compuestos que pueden ayudar al ser humano, pero deben ser adecuadamente procesados; muchos contienen otro tipo de químicos que pueden perjudicar al individuo.

La 4T ha desmantelado el sistema de ciencia y tecnología del país. Ha destruido la poca investigación realizada y ha sustraído los recursos para la misma; la operación de la treintena de centros que conforman la investigación en México ha sufrido un recorte sustancial en sus presupuestos. Por ende, en estos momentos no hay forma de aprovechar la investigación que se haga o haya hecho en medicina tradicional.

Los funcionarios públicos referidos dijeron: es necesario “proteger y promover la partería y la medicina tradicional como parte del sistema de salud, junto con la diversidad biológica y cultural… son bienes comunes que deben ser preservados por el Estado y así lo hace el CONACYT”. ¡Qué lástima, en verdad, que con esos mismos criterios el consejo permita —fomente— la destrucción de la biodiversidad regional a gran escala en el país.

Es obligación de los profesionales de la salud e investigación conocer cómo funciona la medicina tradicional, así como los lineamientos de la OMS para utilizarla adecuadamente, desarrollarla y disminuir la probabilidad de que charlatanes envenenen y mientan a la población administrándole menjurjes que no ayudan y sí perjudican.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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