El Muralismo tiene su origen en la Revolución mexicana, pero es en 1921 cuando se inicia formalmente el Movimiento Muralista Mexicano con José Vasconcelos, que siendo Secretario de Educación Pública comisionó a diversos artistas para pintar una serie de obras en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria.
Desde ese momento, la escuela muralista mexicana pasó a ser no solamente una corriente artística, sino algo más, un movimiento social y político de identidad nacional. Hoy, 100 años después que este movimiento surgió, México posee un muralista excepcional comprometido con la función social del arte, quien durante más de 40 años ha pintado murales tanto en México como en otros países.
Ariosto Otero es uno de los muralistas contemporáneos más representativos de nuestro país, comprometido con la justicia social en la defensa de los más débiles, así como en la conservación de la historia a través de su obra. Otero es egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos, donde estudió grabado, escultura en bronce y pintura mural; y de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, España.
El primer mural de Otero fue realizado en 1980, en el Palacio Municipal de Amecameca, Estado de México y desde entonces el autor ha plasmado la historia, justicia y patriotismo a través de sus murales. Su obra consta de 68 murales en diversas instituciones públicas federales, municipales y alcaldías de la Ciudad de México; entre sus murales más destacados se pueden señalar los ubicados en la Secretaría de Gobernación, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la misma dependencia, en algunas estaciones del metro de la Ciudad de México, el mercado Melchor Muzquiz de San Ángel, el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa del Poder Judicial de la Federación, por mencionar solo algunos de sus murales en nuestro país, además de las 28 obras que ha elaborado en Argentina, Colombia, Paraguay, Guatemala y Costa Rica.
Por otro lado, Otero ha sido un crítico de las problemáticas políticas de México, actuando en pro de la conservación del muralismo y la promoción del patrimonio pictórico de nuestro país, en esta pugna fundó la Asociación Civil Creadores del Arte Público y ha fungido como presidente de la Unión Latinoamericana de Muralistas y Creadores de Arte Monumental; así como se ha pronunciado en pro de la defensa del agua y del mural como "una obra pública, del pueblo". Actualmente es Presidente de la Unión Latinoamericana de Muralistas y Creadores de Arte Monumental, AC.; miembro de número de la Academia Nacional de Historia y Geografía de México y Presidente de la Fundación Ariosto Otero, AC.
El compromiso humanista y didáctico de Ariosto Otero se fundamenta en la historia nacional con la que involucra las raíces culturales para forjar una identidad nacional, sus murales representan el ayer, el presente y el futuro de nuestra historia como mexicanos, derivado de los diversos cambios sociales y políticos que ha sufrido el país.
La actualidad de la temática en la obra de Otero es también muy importante. Él considera que el muralismo debe ser como un libro abierto donde se “lea” visualmente lo que está sucediendo, pero no como un diario, sino como una crítica y debe permanecer en ese espacio de manera indefinida, para que nos recuerde lo que pasa, para no perder la memoria.
POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
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