El salario Rosa es el principal programa social en el Estado de México. 565 000 mujeres reciben de manera bimestral una remuneración de 2 400 pesos, por medio de la denominada tarjeta rosa. Diversas voces han denunciado el uso electoral y su mínimo impacto en la reducción de los índices de pobreza en la entidad. Mediante una estructura de intermediarios operada por coordinadores, promotores, enlaces y gestores, se mantiene un disciplinado control y escrutinio de las beneficiarias del plástico rosa.
El uso clientelar de los programas sociales se agudiza en un entorno social y cultural en el que persiste la noción del súbdito sobre el ciudadano; individuos que se conciben sometidos y sin derecho alguno frente a los dictados de la autoridad. Lo que subyace en esta perspectiva es que los programas, los servicios y la obra pública son favores, regalos o concesiones y no se asumen como un derecho. La política social se convierte en un acto bondadoso de los gobiernos y la población alcanzada debe estar agradecida y aplaudir la ayuda. De esta deformación del concepto de ciudadanía se originó el caciquismo, la compra del voto y el condicionamiento de servicios públicos a cambio de apoyo político-electoral. Su resultado se ha traducido en corrupción, mayor marginación y partidos políticos perpetuados en el ejercicio del poder.
Aún cuando el proceso de cambio social en nuestro país se ha acelerado en los últimos años, persisten los viejos esquemas de control social anclados en el clientelismo. Hay sectores sometidos, resignados, sin capacidad de incidir en las decisiones públicas y que por su precaria condición económica están totalmente expuestos al control político. Por otro lado, se han generado, producto de luchas históricas, grupos organizados cada vez más activos, críticos y demandantes de la acción del gobierno y del desempeño y trasparencia de las instituciones; son agentes de cambio que abren espacios y reivindican demandas muy diversas.
El proceso electoral para renovar la gubernatura en el Estado de México tendrá como telón de fondo esa extrapolación social y plantea algunas interrogantes: ¿una vez más será el lucro electoral, la explotación de la necesidad de la gente el factor decisivo para un triunfo del PRI y sus aliados? ¿alcanza el Salario Rosa para garantizar el triunfo del casi centenario PRI mexiquense? ¿qué tan profundo es el cambio social entre la ciudadanía del Estado de México para asumir que el Salario Rosa es un derecho y no una dádiva? ¿juega la política social del gobierno federal un papel de contraste por aplicarse de manera directa, sin estructuras intermediarias y por ser considerada un derecho? El primer domingo de junio del año 2023 las y los mexiquenses tenemos la palabra.
POR RACIEL PÉREZ CRUZ
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