COLUMNA INVITADA

Gerencializar la seguridad pública

Se trata de dotar al policía de herramientas que lo conviertan en un líder comunitario que evolucione al de tradicional agente policial

OPINIÓN

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Manelich Castilla / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

Procurar mejores prácticas en la función policial es la aspiración de toda política pública en materia de seguridad. Capacidades de investigación, habilidades para participar en el proceso penal, empleo de tecnología, etcétera, forman parte fundamental en las anheladas mejoras en las corporaciones
responsables.

Platiqué con un importante empresario, entusiasta cuando se trata de hablar de temas de policía. Me contó que uno de sus sueños de infancia y adolescencia era pertenecer a alguna corporación, pero la inercia familiar lo llevó a encabezar negocios y no operativos.

Le pregunté cómo imaginaría a una corporación que cumpla con las más altas exigencias desde su visión de empresario. Respondió: “quisiera que sus integrantes sean buenos policías, pero mejores gerentes. El éxito de la empresa no estriba en la claridad de su misión y visión, sino de las capacidades de sus gerentes para materializarlas.”

Le platiqué de los “estándares de calidad y gerencia del servicio policial”, creados en la Policía Nacional de Colombia y que fueron referente para las policías de la región.  Uno de sus principales componentes era el “liderazgo con enfoque humanístico como factor diferenciador en el proceso de gestión del servicio”. Un policía formado en dicho modelo es un constructor de mejoras en su entorno y puente entre instituciones de seguridad y el usuario del servicio, es decir, “el cliente”, en términos empresariales, que no es otro que el ciudadano.

Gerencializar la función policial es dotar al policía de herramientas que lo conviertan en un líder comunitario que evolucione al de tradicional agente policial. 

En México se han realizado esfuerzos importantes para establecer modelos gerenciales de la función policial, como el orientado a atender el delito de secuestro, desde la negociación hasta la investigación e intervención táctica operativa. La existencia de liderazgos en el tema lograron construir la Coordinación Nacional  Antisecuestro (Conase) y las Unidades Especializadas de Combate al Secuestro (UECS), políticas públicas que subsisten, aunque lamentablemente castigadas presupuestalmente.

Muchos mandos policiales del país fueron formados bajo el modelo de gerencia del servicio policial. Sus resultados se reflejan en la detención de objetivos relevantes y en la construcción de sólidas relaciones con el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil. 

¿Por qué no se refleja lo anterior en la mejoría de índices delictivos a nivel nacional?  Una primera hipótesis es que los esfuerzos están desarticulados y navegan contracorriente a la política criminal imperante. La interrupción de procesos a nivel municipal, estatal y federal, por cuestiones partidistas, es otra explicación. 

Aún en tiempos en que la función de seguridad pública a nivel federal está delegada a las Fuerzas Armadas, los buenos gerentes policiales son capaces de construir sinergia y lograr resultados conjuntos, como se ha probado en no pocas ocasiones.

Sería deseable que gobiernos estatales y municipales volteen a la gerencia del servicio policial como alternativa. 

Ese debería ser el aspecto fundamental en el debate sobre la permanencia de nuestras Fuerzas Armadas en tareas subsidiarias de seguridad, y poco se ha hecho al respecto.

POR MANELICH CASTILLA CRAVIOTTO
COLABORADOR
@MANELICHCC

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