COLUMNA INVITADA

El Fobaproa de AMLO

La aspirina del PRI de mantener el Ejército en las calles por nueve años es una concertacesión

OPINIÓN

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Federico Döring / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Colaborar como oposición con un gobierno emanado de otro partido, no es un pecado, por el contrario, es un mandato democrático de civilidad, madurez y gobernabilidad. Los electores votan los distintos proyectos de nación no para que vivan en constante fricción, sino para que se complementen, en una amalgama de contrapesos que sí nos represente a todos, y no sólo a la minoría que ganó en las urnas.

Durante los años 90 se troqueló el término de las “concertacesiones”, por los acuerdos entre el PRI y el PAN, desde una óptica obtusa y mezquina como si ello fuese algo malo, mismo concepto que AMLO en su pequeñez repitió con el “Pacto Por México” de Peña Nieto, como si integrar un todo desde la oposición y el gobierno negociando ambas partes temas sustantivos de su agenda, a cambio de acompañar otros atenuados, a cambios que los hicieran viables para una amplia mayoría fuese algo malo.

Mucho se ha dicho sobre la inesperada propuesta de militarización del PRI hasta el 2028, sobre todo por la evidente negociación de impunidad detrás de la propuesta y por el quebranto a la palabra empeñada ante la coalición legislativa de #VaXMéxico, pero quizá aún peor sea el trasfondo que el pésimo manejo de crisis y el debate mismo han ocultado.

Lo que intentó, afortunadamente sin éxito ese sector del PRI, fue la transición de un FOBAPROA de seguridad pública fracasado a un IPAB de militarización sin costo político ni desgaste alguno para AMLO. La propuesta del PRI es, aunque en terapia intensiva por ahora, un salvavidas para el fracaso de AMLO en cuanto a la transición que el Senado, a través de la JUCOPO, incluyó a la minuta de la Guardia Nacional que obligaba a una migración basada en la capacitación y formación de cuadros civiles y consolidación territorial de esa institución que hiciera posible a finales de marzo de 2024 prescindir de la intervención extraordinaria de las fuerzas armadas en materia de seguridad pública.

En la discusión de la reforma constitucional en materia de la Guardia Nacional, la Cámara de Diputados jamás incorporó el famoso TRANSITORIO QUINTO en los actuales términos, pues les faltó ver y entender que el carácter civil de la nueva institución sólo se alcanzaría agotado un período de transición y fortalecimiento de sus propios cuadros; fue en el Senado que la JUCOPO incorporó a la minuta el plazo de 5 años de acompañamiento de las fuerzas armadas.

Lo que implica ampliar a 9 años, así de “gratis” equivale a ahorrarle a AMLO el costo de asumir su fracaso, el costo de tener que pedirle la renuncia, al Gral. en retiro Luis Rodríguez Bucio como Comandante de la Guardia Nacional por su estrepitoso fracaso en la tarea de consolidar una institución civil que permitiera regresar al ejército a los cuarteles, una de las principales promesas de campaña.

Sin costo político, sólo con un “cambié de opinión”, sin que rueden cabezas, sin diagnóstico, sin el consenso amplísimo con el que nació en el Senado con 127 A FAVOR y 0 EN CONTRA y SIN ABSTENCIONES, invadiendo la esfera competencial de la próxima presidencia y sin garantía alguna de éxito o cumplimiento de la nueva fecha, ese PRI intentó hacerle el trabajo sucio, de a gratis y sin dignidad ni oficio político a AMLO.

Una cosa es coadyuvar a prevenir que una crisis se agrave aún más y hacerlo por responsabilidad y amor a México, y otra muy diferente es hacerlo en carácter de meretriz del gobierno. Imagine usted un FOBAPROA sin renuncias de los responsables, sin haber auditado todos los créditos antes de asumirlos como deuda pública, sin exhibir a los pseudobanqueros que abusaron del sistema financiero para beneficio personal avalado por la oposición sin controles, ni regulaciones, ni rendición de cuentas, ni costos políticos para el gobierno, trasladando un acuerdo cupular y su costo a los mexicanos sin garantías de éxito, pues eso hizo ese PRI.

El éxito del IPAB ha sido ya probado no sólo durante la pasada pandemia, pues a pesar de la crisis económica no hubo crisis financiera; sino además en los quebrantos como el del Banco del Sureste, que jamás tuvo impacto para los ahorradores, En suma, hay distintas formas de hacer política y de ser oposición. Una en la que se puede dar la cara y asumir decisiones impopulares, y una que se hace en la clandestinidad y orfandad política.

Vaya ironía en el tema más sensible para los mexicanos, en el que más diálogo y colaboración de todas las fuerzas políticas y niveles de gobierno se exige, la aspirina priísta de 9 años, es una concertacesión en lo oscurito, entre un puñado de carpetas de investigación y tránsfugas políticas, en un país donde es el propio Presidente quien se ha cerrado al diálogo, y con espíritu castrense pretende imponer una bota militar a su pueblo sin escuchar, ni a la oposición, ni a sus gobernados.

POR FEDERICO DÖRING
DIPUTADO DE LA CDMX POR EL PAN
@FDORINGCASAR

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