De manera habitual los datos que se dan en los conflictos bélicos suelen ser bastante imprecisos. Tras casi siete meses de guerra las cifras que nos entregan las distintas fuentes son disímiles, lo reportado por Zelenski a finales de junio es que 10 mil efectivos habrían caído en batalla, por su parte, el general ruso Serguéi Rudskoi ha manifestado que son más de 30 mil.
Las bajas rusas contabilizadas por Ucrania ascienden a los 53,000 uniformados, sin embargo el Pentágono da cuenta de entre 70 y 80 mil soldados rusos. La cuantificación de civiles muertos en la guerra también es una “caja negra”, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) coloca las cifra de más de 5,916 personas entre el 24 de febrero hasta el 19 de septiembre.
En este sentido, en los últimos días ha sido noticia mundial que en los territorios recuperados por el ejército ucraniano se han encontrado fosas comunes con cuerpos de soldados y de civiles ucranianos “visiblemente torturados” por miembros de las fuerzas armadas rusas. Después de las encontradas en la localidad de Bucha, posteriormente Mariupol y ahora se le suma la fosa hallada en Izium con más de 400 cuerpos con signos de brutalidad, asimismo se encontraron 445 tumbas con más de un cuerpo en cada una de ellas.
Ucrania dice haber identificado más de 21 mil crímenes de guerra desde el inicio de la invasión rusa y Zelenski está dispuesto a denunciarlo formalmente, “Queremos que el mundo sepa lo que realmente está sucediendo y a qué ha llevado la ocupación rusa. Rusia deja muerte por todas partes. Y debe rendir cuentas por eso", afirmó el presidente ucraniano.
Estas cifras nos pueden parecer escandalosas, pero “comprensibles” dentro del marco de una guerra. Sin embargo, haciendo una comparación sucinta con lo que pasa en el territorio mexicano, los datos son espeluznantes. Desde el año 2006 hasta el 2021 se han encontrado 4,806 fosas clandestinas y los cuerpos contenidos en estas son más de 8 mil doscientos, solo en lo que va del sexenio de la actual administración, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP) contabiliza 1,971 entierros ilegales con 3,259 cuerpos, según las palabras de Karla Quintana, titular de la CNBP en octubre del año pasado.
Si bien es un avance que exista esta comisión por parte del gobierno, igual que en territorio ucraniano, los datos son difusos y heterogéneos, con probabilidad alta de una cifra negra mucho mayor a lo informado.
Lo que está pasando en Ucrania debe ser llevado al más alto nivel en los tribunales internacionales, pero en México ¿a dónde acudimos? Lo que sucede en nuestro país debería escandalizarnos, esto no es un problema de partidos políticos o gobiernos en turno, se ha convertido en un problema de Estado y se tiene que poner un alto.
Sabemos bien que la seguridad de un país es una cuestión de soberanía nacional, pero cuando los gobiernos pasan, hay alternancia en el poder, la problemática no cesa y además es evidente que esta rebasa la estrategia nacional y de los gobiernos locales de seguridad, por lo que tendríamos que estar explorando otras opciones para asegurar la vida de las y los mexicanos. No es posible seguir teniendo cifras de homicidios, fosas o desaparecidos mucho más altas a las de una nación en guerra.
POR ADRIANA SARUR
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