Parece una broma del destino; capricho de la naturaleza. Otra vez en 19 de septiembre. Cinco años atrás, en 2017, estaba al aire en la radio, en MVS Noticias, cuando se movió la tierra a la 1:14PM. El pasado lunes, el sismo me encontró en la misma cabina, a la 1:05pm. La fecha parece maldita. A 37 años del sismo magnitud 8.1 que sacudió México en 1985; 5 años después del terremoto magnitud 7.1 que lo cimbró todo en 2017; y apenas a 46 minutos del simulacro, volvió a temblar.
Según José Luis Mateos, especialista en sistemas complejos del Instituto de Física de la UNAM, la posibilidad de esto –que ocurran 3 sismos en una misma fecha- es de 133 mil 225. Algo casi imposible, que equivale al 0.000751%. Impensable, pero sucedió.
Pero la realidad hoy es muy distinta a la de hace 37 años y 5 años. En 1985, por ejemplo, la cifra estimada de muertos fue de 20 mil. El sismo magnitud 8.1, con epicentro en Michoacán, despertó a México a las 7:19am. En 2017, el temblor de 7.1 con epicentro en Puebla, dejó 370 personas fallecidas, según el reporte oficial. El lunes, con toda la potencia de un sismo magnitud 7.7, originado en Michoacán, la cifra de muertes es de 2. Claro que cada deceso duele, pero la diferencia es abismal. Mucho hemos aprendido en materia de protección civil, mucho hemos avanzado como sociedad. También los gobiernos han mejorado protocolos y políticas.
Los mexicanos sabemos qué hacer en caso de sismo, participamos en los simulacros. Los gobiernos han mejorado las normas de construcción y perfeccionado los protocolos de revisión, aunque la corrupción en permisos y licencias de construcción está lejos de terminarse.
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19 de septiembre. La fecha maldita por la fuerza de los terremotos. Pero la fecha que nos recuerda lo que somos. La que nos hace mirarnos hacia adentro, recordar el México que ahí está, más allá de gobiernos y a pesar de nuestros gobernantes: un país solidario y unido. Sí, el pasado lunes no fue necesario que la ciudadanía se volcara a ayudar, a mover escombros y a rescatar a sus vecinos con sus propias manos, como sí ocurrió en 1985 y 2017. Pero la herida por los sismos que han arrebatado miles de vidas y enlutado a decenas de miles de mexicanos, que el lunes se abrió otro poco y nos refrescó la memoria, es también símbolo de la grandeza de un país que está de pie, unido y solidario más allá de vaivenes políticos y efervescencias electorales.
-Off the record
Y van tarde. Mientras Morena ya decidió que Delfina Gómez será su candidata, y el PAN puso sobre la mesa el nombre de Enrique Vargas, los priistas siguen deshojando la margarita. Nos adelantan que antes de que termine el mes, habrá aspirante de unidad al gobierno mexiquense. Todo apunta a que el PRI llevará a una mujer en la boleta. ¿Con ella se construirá una alianza con PAN y PRD? Esa es otra historia.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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