COLUMNA INVITADA

¿Cuándo lo ves, escuchas y lees, lo piensas?

Nuestro país se ha deteriorado en conocimientos. Eso se evidencia, ya que somos uno de los que menos leen, por ello prevalecen la ignorancia; y en consecuencia abusos, como los que te he comentado

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Me preocupa, cada vez que pasan el comercial de DIDI. Aquél en que una chica indica que empezó a dedicarse a tal actividad, cuando tenía veinte años; y después de 4, sigue en el mismo giro. No es el hecho del trabajo desempeñado, sino la permanencia en un empleo, sin perspectiva de mejora que resulta incompatible, con el desarrollo de otras actividades fundamentales de los jóvenes; como las relativas a la educación continuada, la cultura, y todas aquellas que generan crecimiento, intelectual o de habilidades técnicas, para un bienestar integral, al que debemos aspirar. Igual acaba de suceder con el polémico lema en una de las paredes de “La Casa de Toño;” donde se leía “Yo prefiero llegar a mi casa cansado de trabajar, que llegar a mi casa cansado de buscar trabajo.” Ni lo uno, ni lo otro, es correcto. Esta bien llegar cansado de trabajar, algunas veces, pero no debería ser la norma; y por supuesto, nadie tendría que estar cansado de buscar trabajo.

Este país, debería tener un sistema debidamente organizado con empleadores; que acudieran a escuelas profesionales, técnicas o de oficios de calidad, que fueran semilleros de gente preparada; para cada una de las labores requeridas.

Por lo que, regresando a lo de… Yo prefiero llegar a mi casa… La paradoja será entender, si lo que indica el lema exige pleitesía a sus empleados, ya que éstos tienen que dar gracias de tener trabajo, sin importar el contexto en el que se desempeñe; así sea el de la explotación.

Todo lo anterior, me hace pensar que en México estamos muy acostumbrados al maltrato cotidiano. Dando y recibiendo el mismo. Lo percibimos como algo natural, supongo que no tenemos otros parámetros, con los cuales comparar, nuestra situación. Pero también, aquello no sucedería si fuéramos conscientes, y entendiéramos la magnitud de los mensajes que damos o nos dirigen cada día, como algo normal. Aun cuando resulten aberrantes.

Parece que no analizamos el significado de las palabras, y ello no es extraño; es un fenómeno denominado “analfabetismo funcional.” Una tendencia contemporánea muy preocupante.

Lo anterior, simboliza qué, aunque podamos leer o escuchar algo, no comprendemos. Debido a ello, hay mensajes a los que no reaccionamos como debemos hacerlo, obviando su sentido. Pero no sólo queda ahí. Miles de accidentes suceden, al no comprender instrucciones, códigos de emergencia y; por supuesto, indicaciones sobre como guiarnos en diversos ámbitos de nuestra sociedad. De esa forma, nosotros mismos limitamos nuestras facultades, habilidades y derechos. Por ejemplo, ¿Has leído el reglamento de tránsito, el instructivo de tu lavadora, cafetera, tienda de campaña o tu dispositivo digital?

El contexto es evidente. Nuestro país se ha deteriorado en conocimientos. Eso se evidencia, ya que somos uno de los que menos leen, por ello prevalecen la ignorancia; y en consecuencia abusos, como los que te he comentado.

Pensar, es una actividad que no es incentivada. La lectura sólo es útil, si se acompaña de la comprensión, pero eso es algo irrelevante en la formación de las personas en nuestro país.

Nuestra realidad es la enajenación, mediante sutilezas como la gran cantidad de contenidos vía streaming a los que tenemos acceso, los juegos vía internet, la comida rápida, las ofertas de principios, mediados y finales de año. Todo ello, frente a la muy corta demanda de actividades socio - culturales, en espacios de aprendizaje como los museos o bibliotecas públicas de fácil acceso para todo tipo de personas. La comida preparada en casa con alto valor nutricional; el reciclaje de ropa y objetos que preferimos tirar, antes de reparar.

Eso nos plantea esquemas de perdida de metas a futuro, y nos vuelve presas fáciles para desperdiciar tiempo necesario para estudiar, obtener un empleo formal o crear una empresa para tener ahorros, enfrentar alguna enfermedad o emergencia de todo tipo.

También como he comentado, te deja con la idea de que está bien que una chica de 20 años siga repartiendo comida o manejando un auto, de forma permanente como medio de vida; como si esto representara algo realista.

El lugar de las personas es obtener mucho más de su inteligencia. Es prepararse para realizar estudios o desarrollarse técnicamente de forma profesional; y tener una perspectiva para adquirir un hogar, viajar, tener un seguro médico o quizá un ahorro sustantivo.

Al no tener la capacidad de procesar pensamientos complejos, nos convertimos en personas mansas, fácilmente desplazables.

De esa forma, no estaremos preparados para lo que quizá en un futuro próximo suceda. Me refiero a las migraciones masivas, pero de europeos con mejor preparación, y comprensión del mundo. Este planteamiento puede ser una realidad que se acerca, sin que te enteres, debido a que Europa está sufriendo la imposibilidad de la obtención de energía, lo que es fundamental para sus países, y economías, como resultado de ello, muchas personas migrarán, hacia diversos puntos de América; incluyendo México, donde encontrarán oportunidades que tu no tomas, tales como insumos mucho más baratos, ante la carencia de fuentes de energía en sus países, mejores viviendas, optimización de salarios; y por supuesto empleos de primera calidad que podrán obtener conforme a su capacitación.

Así qué, a ponerse a pensar.

POR SARA MORGAN
CONSULTORA JURÍDICA Y DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
@MORGANSAREL

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