En medio de una fuerte crisis por la situación del agua en el mundo, se está celebrando la Semana Mundial del Agua 2022 en Estocolmo, Suecia en la cual México está participando. Este año, el foro se centra en el valor del agua, con el fin de que las personas y las naciones estén conscientes del recurso natural más importante que tenemos y de la trascendencia de su gestión, cuidado y repartición equitativa.
Desde hace tiempo, nuestro país está sufriendo los estragos por la sequía y escasez de agua, y en este sentido, en los últimos meses hemos escuchado distintas voces sobre esta problemática y las posibles soluciones. Sin embargo, vale la pena destacar la parte positiva que esta situación ha generado, como el impulso de alianzas entre los distintos sectores de la sociedad con el único fin de enfrentar la crisis del agua que se nos adelantó.
Una de estas alianzas, es la que se dio entre la Red Agua de la UNAM, el Centro Regional de Seguridad Hídrica, bajo los auspicios de la UNESCO, y Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México, quienes unieron esfuerzos para desarrollar un documento de análisis sobre la situación del agua en México, titulado “Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica”. Este documento en particular, además de recopilar datos actualizados y presentar puntualmente la fotografía de lo que sucede en las distintas regiones, no se queda ahí, sino que hace propuestas viables y concretas para lograr la seguridad hídrica en el país.
Para entender mejor la situación vale la pena compartir algunos datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Actualmente en el país hay todavía 6 millones de personas sin acceso al agua potable y 11 millones sin acceso al saneamiento y sólo 14% de la población recibe agua las 24 horas del día. Por otro lado, el sector agrícola es el que más consume, 76% del agua concesionada; el servicio público consume 15%, pero 40% del volumen de agua que ingresa en la mayoría de los sistemas de agua potable se desperdicia por fugas.
Retos
El documento hace un exhaustivo análisis y expone los principales retos que el país está enfrentando en materia de agua: mayor presión hídrica por la expansión acelerada de las áreas metropolitanas y falta de acceso a los servicios de agua y saneamiento en zonas rurales; incremento de la escasez hídrica en zonas áridas; creciente dependencia a las aguas subterráneas; aumento de la contaminación por actividades económicas; más conflictos socioambientales por incremento de competencia por el uso de agua y riesgo y vulnerabilidad creciente asociada al cambio climático.
Orientaciones estratégicas
Derivado de estos retos, los investigadores definieron cinco orientaciones estratégicas con propuestas específicas para enfrentar la situación:
1. Satisfacer la demanda a través de la gestión de la oferta y demanda del líquido. Esto sugiere, entre otros puntos, incrementar la eficiencia en el uso, impulsar la economía circular; mantener y rehabilitar la infraestructura existente y retomar los ritmos de construcción de la infraestructura hídrica con especial énfasis en las Soluciones Basadas en la Naturaleza.
2. Garantizar la sostenibilidad financiera por medio de un sistema financiero del agua y alcanzando la autosuficiencia económica.
3. Fortalecer la gestión integrada de los recursos hídricos por medio de la modernización de la administración del agua, la gestión de los riesgos y el fortalecimiento de la resiliencia.
4. Fortalecer la gobernanza, a través del refuerzo de la autoridad del agua y la expedición de una Ley General de Aguas, reglamentaria del derecho humano al agua y saneamiento.
5. Construir capacidad e impulsar la innovación, impulsando la vinculación entre la academia, el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil; así como establecer un Sistema Nacional del Servicio Civil de Carrera para el Sector Hídrico.
Las propuestas de estas cinco orientaciones estratégicas ofrecen soluciones viables, analizadas y sustentadas por expertos que se pueden poner en marcha en el corto plazo para ir modificando los escenarios antes de que sea demasiado tarde. Un factor que ha sido determinante en esta crisis es la falta de inversión en infraestructura hídrica así como la falta de mantenimiento de la ya existente.
Es indispensable que en la asignación del presupuesto para 2023, que tendrá lugar en las próximas semanas en la Cámara de Diputados, los legisladores están conscientes de la urgente necesidad de dotar a los organismos operadores de los recursos necesarios para solventar este falta de inversión, y que de no hacerlo, la situación será insostenible y casi imposible de revertir.
La participación de México en foros tan importantes como la Semana Mundial del Agua, no sólo nos permite escuchar a expertos internacionales en la materia, sino también intercambiar experiencias, ideas y propuestas que coadyuven para que el trazo del camino hacia adelante que nuestro país requiere en materia de agua sea el correcto.
POR JORGE ARRIAGA
Coordinador Ejecutivo de la Red del Agua de la UNAM
www.linkedin.com/in/arriagaalberik
MAAZ
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