SALTO CUÁNTICO

Las palabras importan

El poder que tenemos al hablar es enorme, así como la responsabilidad

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las palabras importan e importan mucho. Cada mensaje que transmitimos por medio de la verbalización genera una vibración, esa vibración va cargada de energía que puede resultar sumamente destructiva o su contrario.

Cuando se hace consciencia de la importancia de las palabras, nos volvemos creadores de todo lo que existe a nuestro alrededor; esto quiere decir que de la manera en la que cada uno nos nombramos, en la manera que nos miramos, cómo nos hablamos, cómo nos queremos o nos detestamos, desde ahí estamos creando todo: Mi futuro, mi realidad, mi presente.

Masaru Emoto, fue un japonés conocido por sus afirmaciones de que las palabras, oraciones, sonidos y pensamientos dirigidos hacia un volumen de agua influirían sobre la forma de los cristales de hielo obtenidos del mismo. Según Emoto, la apariencia estética de los cristales depende de si las palabras o pensamientos son positivos o negativos.  

Y entonces si nuestro cuerpo está constituido en un 70-80% por agua, y comprendiendo lo que decía Emoto, que según como se le habla al agua en la medida del amor o el odio, es como se verá el reflejo de uno mismo, debemos comenzar a hablarnos mejor.

Hablemos de nuestros padres. Cuando nos dan una instrucción, un regaño o una caricia, el impacto interno depende de la manera en la que cada acción se hace. Educar con amor, pedir las cosas con amor generará niños sanos, sensibles, empáticos e independientes. Evitar los gritos, sobre todo los golpes, cambiar las palabras de coraje por palabras constructivas, ésa es la fórmula, ahí está la clave para la transformación.

Hacemos manifestaciones con los pensamientos, pero al verbalizarlos los creamos, entonces llega el coche de tus sueños, el trabajo que esperabas o tu autodestrucción.  Tú eliges lo que sale de tu boca para que lo tengas en tu presente, elijamos bien.

Otro ejemplo para comprender esto mejor es la cocina. A la mayoría nos encanta cocinar y que nos digan que nos quedó deliciosa la comida, pero qué pasaría si ahora cada que cocinemos ponemos una intención en el arroz, en los frijoles, en el maíz, y les pedimos salud, les pedimos cuidado, les decimos gracias y que los amamos, ¿imaginas el poder que será al ingerirlos? “Arrocito, arrocito, ayúdame a sanar”, canta mi amiga Ishpé al cocinar.

Recuerdo a mi abuela, Rita Suárez, cuando le cantaba a los pájaros, hablaba con las hormigas y se sentaba junto a su chile serrano para decirle lo hermoso que era y las ganas que tenía de comerlo en una tortilla hecha a mano; era un jardín precioso... ella, una mujer hermosa.

En otra cosmovisión surge el O?, símbolo de lo esencial en el hinduismo. Es el Uno supremo inmaterial, que contiene todo lo material pero permanece intocable. Se cree que OM es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos.

Pronunciemos palabras hermosas, pensemos cosas hermosas, y verás qué fácil es transformar.

POR KARINA ÁLVAREZ
K.ALVAREZ.ROSAS@GMAIL.COM
@KAFARK84

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