MIRANDO AL OTRO LADO

AMLO y su festín de negación

Mientras México se convierte en un cementerio, AMLO, en negación psicopática

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mientras México se convierte en un cementerio, AMLO, en negación psicopática, ofrece un plan de paz para Ucrania y Rusia. Ante los homicidios dolosos producto del narcotráfico, las muertes por COVID-19, incluyendo aquellas por exceso de mortalidad, la violencia de género y los feminicidios, los desaparecidos y las agresiones sistemáticas contra la prensa independiente y a los periodistas como gremio, solo puede haber una conclusión.

México está moralmente impedido para proponer planes de paz a otros países sin antes poner en orden su propia casa.

Nuestros datos son aterradores. 133,670 muertes por homicidios dolosos en lo que va del sexenio, sin haber concluido el cuarto año. Supera con creces a los seis años de Calderón y pronto superará los homicidios dolosos de Peña Nieto. Y le faltan dos años y meses para la masacre de López Obrador. Queda al descubierto que con la mega militarización que ofrece López Obrador, aunque sin estrategia y doblegado ante el crimen organizado, el único futuro que podemos esperar son más muertes y más violencia.

Las muertes por COVID-19 alcanzan la cifra de 329,868 personas desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020. Pero debemos agregar el exceso de mortalidad que registra el gobierno por COVID-19 que suman otros 169,351. Esto hace un total de 499,219. Medio millón de muertos por COVID-19, que son producto de la fallida política pública oficial que combinó una mezcla de vudú, absurdos actos de fe y negación a la ciencia.

En el sexenio de López Obrador la violencia de género ha crecido drásticamente todos los años, comparado con sexenios anteriores. En 2019 aumentó 29% con relación al 2018, en 2020 subió otros 25%, en 2021 incrementó también 13% y en lo que va del 2022 ha crecido en un 6%. No hay año de este sexenio en el que la violencia de género no haya crecido, como reflejo de las condiciones sociales, emocionales y económicas que genera una crisis económica que se profundiza, sin alivio a la vista. Junto con el aumento en la violencia de género, han crecido sistemáticamente los feminicidios, también año con año. Entre otros factores, los recortes presupuestales de AMLO a las políticas de género han promovido un retroceso histórico en la materia.

Los desaparecidos siguen aumentando en el país. En lo que va del sexenio de López Obrador han desaparecido 33,935 personas, y la cifra sigue incrementando conforme pasan los días. La zozobra de las personas buscando a sus familiares o conocidos desaparecidos ha provocado la aparición de organizaciones en prácticamente todos los estados de la República tratando de localizar a las víctimas. Incluso, ya se han reportado casos relevantes de actores estatales o extraestatales que han recurrido al asesinato de quienes buscan a sus desaparecidos.

Aunque no existen datos oficiales, reportes periodísticos hablan del descubrimiento de fosas comunes conteniendo migrantes extranjeros mientras intentan atravesar el territorio nacional para llegar a la frontera norte. A este dato se debe incluir también a los migrantes mexicanos obligados a abandonar sus pueblos, ya sea por desesperación económica o por el impacto de los grupos criminales sobre sus comunidades.

Durante el sexenio de López Obrador han sido asesinados 37 periodistas. El presente año de 2022 está siendo el más mortífero para los periodistas mexicanos. Esto ocurre en el sexenio de un Presidente que ha convertido a la prensa independiente y a los periodistas en objeto de sus ataques cotidianos, haciendo un uso abusivo de la mañanera para lanzar ataques e insultos cotidianamente contra sus críticos. Acusa a sus críticos de ser racistas y clasistas, y, por tanto merecedores de repudio social.

La manipulación de la imagen de Julian Assange durante el 15 de septiembre por ser un periodista crítico muestra la hipocresía y mezquindad de López Obrador, y lo descubre como un medroso que utiliza a cualquier persona para engrandecer su propia imagen.

Cuando AMLO gritó el 15 de septiembre, “Muera el clasismo. Muera el racismo” lo que estaba haciendo era ordenar a sus seguidores continuar fomentando la polarización y la violencia. Utilizó la arenga para seguir atizando el enfrentamiento entre mexicanos y promover su política de división. Lo que confiesa con su arenga es que su ideal sería matar a la oposición, virtual o literalmente.

No busca unir al país. Está convencido que la división y el odio convienen a sus objetivos políticos y electorales.

Ante el escenario de un país envuelto en violencia y encono, el Presidente sigue su delirio al pretender convocar a dos países en guerra al diálogo y la conciliación. El Presidente López Obrador no tiene ninguna autoridad moral para hacer tal llamado, sin poner en orden su propio país. Máxime que la convocatoria pacifista de López Obrador se da en el contexto de su política de militarizar al país, pisoteando la Constitución que rige a la Nación y logrando que sea letra muerta.

AMLO no tiene la valentía de reconocer la realidad de México porque él es el responsable de la situación. Trata de culpar a otros, pero ya no le funciona, porque lleva cuatro años gobernando. Queda poco que hacer como recurso político porque el país está peor hoy que cuando llegó al poder. Y teme el juicio popular. Dado que no sabe cómo resolver los problemas nacionales, le queda un último recurso: gobernar desde la negación.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@gmail.com

@rpascoep

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