Mientras se agudiza el conflicto por la hegemonía global entre China y Rusia, por un lado (las autocracias) y Estados Unidos y aliados industrializados, por el otro (las democracias), México se debate entre practicar un nacionalismo autoritario regresivo o ser un socio confiable de EU.
La preferencia ideológica del gobierno de Morena bajo Andrés Manuel López Obrador está con las dictaduras latinas a las que defiende, alineadas con Rusia y China, aunque sabe que la conveniencia económica de México está en el T-MEC.
EU y aliados se encuentran de facto en estado de guerra con Rusia en defensa de la democracia en Ucrania, la cual ha tenido avances importantes contra el Ejército invasor.
Esta semana se reunirán los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping en Uzbekistán, lo que servirá para reforzar la alianza entre Beijing y Moscú.
Las compras chinas de energéticos rusos apuntalan el esfuerzo bélico del Kremlin. Si Putin perdiera la guerra vendría su posible reemplazo, lo que podría restablecer la normalidad con Occidente, algo que China buscará evitar. Europa se arrepiente de su dependencia energética de Rusia, mientras aumenta la desconfianza en la proveeduría de China al mundo.
EU necesita de México para sustituir a China como proveedor confiable, contener el tráfico de fentanilo que viene de China y frenar la migración ilegal.
El gobierno estadounidense presiona para que México utilice energías limpias y se aleje de las narco-dictaduras latinas. A cambio ofrece invertir masivamente en nuestro país.
Estados Unidos no cederá en su demanda contra las violaciones de México al T-MEC en materia de energía, y podrá imponer aranceles punitivos en plena campaña electoral para la Presidencia de México en 2023 y 2024, lo que aunado a una muy posible recesión en EU que contagiaría a México, fortalecería a la oposición.
El escenario ideal para AMLO es restablecer los monopolios de PEMEX y CFE, violando la constitución y los tratados internacionales caso necesario, militarizando al país bajo el pretexto de la inseguridad, perpetuando su movimiento en detrimento de la democracia, y asimilando a la oposición corrupta reprimiendo a la auténtica. El mandatario mexicano prepara y amaga con el rompimiento con EU, jugando la carta militar-nacionalista para extender su señorío.
El peor escenario para Estados Unidos es que México se convierta en un Estado fallido alineado con sus enemigos, y que millones de personas migren a su territorio, teniendo que militarizar su frontera sur.
Para China y Rusia, lo ideal es que México entre en conflicto con EU, lo que cada vez es más probable. El paso siguiente sería que ambas potencias anunciaran su apoyo militar a México, una situación insostenible y explosiva frente a Estados Unidos.
Es mucho mejor para nuestro país ser un proveedor confiable del vecino del norte, ojalá que el gobierno actual sepa aprovechar la oportunidad.
POR GERARDO TRASLOSHEROS
UDLAP JENKINS GRADUATE SCHOOL, COMEXI Y PECC MÉXICO
@GTRASLOSHEROS
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