DEFINICIONES

Ni Elba Esther, ni Leticia

Lo desolador es que la educación sigue secuestrada por quienes lucran o buscan imponerse a través de ella, todo en un país con un amplio rezago en la materia

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los niños mexicanos merecen más que una disputa entre quien se sirvió del magisterio, lucró con la educación y se enriqueció a través de ella aquilatando enorme poder, y quien, sin la preparación para hacerlo, tiene en sus manos las riendas de su presente y futuro educativo.

“Desprecio a las personas que se han servido del magisterio para prestarse a la corrupción”, se lanzó ayer Leticia Ramírez, recién estrenada secretaria de Educación Pública, contra Elba Esther Gordillo, quien la víspera aseguró que le daba “pena” su nombramiento. “Cuando llegó (Ramírez), creí que era el momento de los acuerdos, del diálogo, de buscar soluciones... Como persona, mi consideración de la persona. Como maestra, pues realmente todo lo que ha pasado en estos días me hace sentir pena. Me gustaría ver a una persona que domine el tema educativo”, dijo en entrevista la exlideresa del SNTE. Hace unos días, la nueva titular de la SEP fue incapaz de responder cómo aprenderían matemáticas los niños mexicanos. “No puedo responder eso”, contestó a la pregunta de la periodista Danielle Dithurbide. El nombramiento de Ramírez no resiste la mínima evaluación. Salvo el presidente López Obrador —no es que necesite más para ocupar el cargo que ostenta—, nadie lo defiende. Pero AMLO la apapachó desde el primer momento.

“Yo estoy orgulloso de Lety, ven, ven”, la llamó al estrado de la mañanera el día en que anunció que ella iría a la SEP en lugar de Delfina Gómez.

“Nos conocemos desde 1994, trabajó conmigo del 2000 a 2005 como encargada de Atención Ciudadana, que no es cualquier cosa, es atender al pueblo”, dijo el Presidente.

Hace décadas que Ramírez no tiene contacto con el sistema educativo, pero eso no parece importar. Si la nueva secretaria no es defendible, mucho menos lo es Gordillo, cuya historial de excesos, corruptelas y desplantes es público. Pero lo más dramático es que en el centro del debate no estén los niños. Vaya, ni siquiera las políticas educativas. Lo más desolador es que la educación siga secuestrada por quienes lucran o buscan imponerse a través de ella. Sino un perfil que, aunque honesto, no reúne ni el conocimiento, ni las capacidades para guiar la educación pública de un país que arrastra un profundo rezago educativo.

En México, millones de niños abandonaron los salones de clases durante dos años, muchos desertaron. ¿Quién los pondrá al centro de la conversación? Ni Elba Esther Gordillo, ni Leticia Ramírez parecen interesadas en hacerlo.

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OFF THE RECORD: Ya no sólo se trata de calentar el músculo, sino de mostrarlo. En política, percepción es realidad, y lo que parece, es. Ayer se registraron eventos y actos —¿de campaña?— simultáneos en 120 ciudades del país, de las 32 entidades, en favor de Marcelo Ebrard. #ConMarceloSí y #SigueMarcelo decían en pancartas y pintas miles que participaron. Vivimos en 2024.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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