COLUMNA INVITADA

Kirst

Fue clave en la más importante iniciativa para ordenar el gasto educativo, con parámetros a la rendición de cuentas

OPINIÓN

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Antonio Meza Estrada / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la república norteamericana, la educación no es responsabilidad federal. Así lo establecieron los padres fundadores y cada estado tiene esa potestad y responsabilidad. La operación estaba casi totalmente a cargo de pueblos y comunidades. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, la federación inició una progresiva intervención en temas relativos a la educación de minorías e impulsó a la ciencia. En paralelo, los estados empezaron a centralizar las decisiones antes a cargo de autoridades locales, por cierto, electas.

De pronto, la educación norteamericana se encontró en un juego de fuerzas donde el poder, el recurso y los contenidos, fueron disputados sin orden y tregua; pero, sobre todo, sin una búsqueda clara de beneficios a educandos y planteles.

En esos años es que me encontré con el señor Michael Kirst, sin duda alguna, el personaje más importante en política educativa en California y quizá en todo el país. Como maestro de Stanford me atendió y compartió sus preocupaciones. En particular el bajo nivel de la minoría —entonces— de los mexicoamericanos. Me compartió con números en la mano, cómo llegaban con la desventaja de la alimentación pobre, desconocimiento del idioma inglés y escasas habilidades y hábitos de trabajo. Eso sí, valores como el respeto, la honestidad y la tenacidad muy fuertes.

Kirst ha sido el funcionario público de mayor nivel por más tiempo en ejercicio en California. El docente en su tema por mayor duración en Stanford, y sigue en ambos ejercicios.

Kirst  fue clave en la más importante iniciativa para ordenar el gasto educativo a nivel local, estableciendo parámetros legales a la rendición de cuentas y la transparencia que no existían. Sin metas no hay resultados y sin cuentas claras no hay confianza. "Si alguien está obligado a informar lo qué hace y cómo lo gasta, es el gobierno, sobre todo en un bien tan valioso como la educación", dice Kirst.

De nuestra entrevista hace casi cuatro décadas, conservo una grata memoria por sus consejos y sugerencias, un libro autografiado Who control our schools y la certeza de que en este terreno de la educación se requieren políticas de Estado claras, precisas, consensuadas, pero, sobre todo, de largo plazo.

POR ANTONIO MEZA ESTRADA

COLABORADOR

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