PUNTO Y SEGUIDO

Podando la desconfianza

Los ladrones ubican a sus víctimas y los rocían de distintas cosas; en la gran mayoría de las ocasiones los afectados narran que se trata de mostaza

OPINIÓN

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Juan Manuel Jiménez / Punto y Seguido / Opinión El Heraldo de México

Los delincuentes en la Ciudad de México cada vez son más creativos. Modifican su modus operandi dependiendo de la coyuntura que les resulte más eficaz. 

ROBO A LA MOSTAZA 

Los ladrones ubican a sus víctimas y los rocían de distintas cosas; en la gran mayoría de las ocasiones los afectados narran que se trata de mostaza. Una vez rociados, los rateros se acercan rápidamente a sus víctimas y les ofrecen una servilleta o una toalla húmeda para “ayudarles” a limpiarse. Aprovechan esa cercanía con las víctimas y los despojan de sus pertenencias.

EL CHICLE

Debido al constante tráfico que hay en las calles de la capital del país, presuntos limpiaparabrisas ubicados en los semáforos rápidamente examinan a los automovilistas que se encuentran distraídos y con pertenencias de valor a la vista en sus automóviles y marcan el carro de sus víctimas con un chicle en alguna parte del vehículo. Así, un semáforo más adelante, sus cómplices reciben la señal y asaltan al conductor. 

LA GRITONA

Aprovechando la inseguridad que viven las mujeres en la CDMX, grupos de delincuentes fingen el llanto de una mujer para solicitar ayuda a las afueras de una casa. Cuando la persona que habita la casa sale e intenta ayudarlas, entran a su domicilio para robarles.

PODADORES

En la Alcaldía Iztacalco se han detectado varios casos donde un supuesto biólogo de la demarcación, afirma que ha sido enviado a podar o talar los árboles a solicitud de los vecinos a través del Sistema Unificado de Atención Ciudadana. Los vecinos le abren la puerta a estas personas confiados en que se trata del trabajo que solicitaron fuera realizado. Sin embargo, los estafadores aseguran que se requiere de un “ácido mataraíz” para realizar la labor y les cobran entre 2 mil a 5 mil pesos. De buena fe, los vecinos proporcionan el dinero y a su vez los rateros les entregan un supuesto recibo con logos del Gobierno de la Ciudad de México. Los rateros les hacen saber que regresarán en un par de horas para realizar el trabajo, pero éstos, nunca vuelven. 

Al darse cuenta de la estafa, los vecinos han acudido a la demarcación, donde les dan a conocer que ese servicio es 100% gratuito y que fueron víctimas de un fraude. Pese a que la Alcaldía tiene registrados varios casos, no ha tomado cartas en el asunto. 

Si bien es cierto que el ciudadano tiene que denunciar, ¿por qué la Alcaldía no hace nada al respecto? ¿Cómo obtienen los datos y direcciones de las personas que efectivamente solicitaron el servicio de poda de árboles? ¿Es acaso que hay funcionarios que filtran la información sensible de los ciudadanos? 

Tenga mucho cuidado, porque este es el nuevo modus operandi de los rateros en la Alcaldía Iztacalco. 

Vivo la noticia para contarle la historia.

POR JUAN MANUEL JIMÉNEZ
@JUANMAPREGUNTA

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