COLUMNA INVITADA

Oportunidad perdida

La escuela a distancia tuvo ventajas y desventajas, que deben ser evaluadas para actuar en consecuencia

OPINIÓN

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Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estamos iniciando un curso escolar en el que muchos alumnos conocen su escuela, sus compañeros y sus maestros, después de haber cursado más de un año sin pisar las aulas. Aquellos que ingresaron a secundaria o preparatoria en el ciclo 20-21, comenzaron a tomar algunas clases presenciales hace meses, aunque el 100 por ciento de presencialidad se inicia en el ciclo 22-23.

Esto tiene un alto impacto en el proceso educativo de miles de educandos. La escuela a distancia tuvo ventajas y desventajas, que deben ser evaluadas para actuar en consecuencia.  ¿Cuántos alumnos no tuvieron acceso a internet? ¿Las condiciones en el hogar no les permitieron concentrarse? ¿Sufrieron alguna pérdida en la familia por causa del COVID-19? ¿Su situación emocional tuvo cambios durante la pandemia?

El rezago educativo, según datos de la Unesco, es de dos ciclos escolares a nivel mundial.  Este promedio tiene grandes variantes dependiendo del grado de desarrollo regional, pero la pérdida que se ha sufrido merece atención en este reinicio de la normalidad. Un elemento fundamental es la deserción escolar, y otro, el cuidado de las variables apuntadas arriba.

El progreso de un país se califica en gran medida por el avance en la educación, sobre todo de las nuevas generaciones.  Una prioridad de los gobiernos es entonces la calidad educativa.  El fin de la pandemia y el inicio de un ciclo escolar marcan la oportunidad de proyectar con fuerza el trabajo educativo de gobierno, sociedad y familias en pro de la niñez. 

En México está sucediendo lo contrario. Se ha anunciado en los meses reciente la implantación de “La Nueva Escuela Mexicana”, que pretende liberar a la niñez de nuestro país de la ‘herencia neoliberal y eurocéntrica’ que ha venido padeciendo. Se presenta una propuesta en la que se eliminan los grados escolares, sustituyéndolos por ‘fases de aprendizaje’. Se habla de autonomía para la evaluación y el diagnóstico por parte de las comunidades escolares, sin precisar tiempos ni formas de capacitación para los maestros, ni fechas concretas para su implementación.

La actual secretaria de Educación ha renunciado a su cargo para irse de precandidata a la gubernatura del Estado de México. Su sucesora no tiene idea de lo que se ha venido haciendo.  

Se anunció un programa piloto que ha sido cambiado por un proyecto general en todos los primeros años. Aparentemente se iniciará hasta octubre, pero que en realidad será hasta el ciclo escolar 22-23.

No hay estándares mínimos de los cuales partir. No se ha indicado cómo podrán coexistir el plan vigente y el nuevo. No contamos con parámetros. No hay elementos claros de evaluación.

¿Y los alumnos? ¿Y los padres de familia? ¿Y los expertos? ¿Y lo que dejaron de aprender durante la pandemia? ¿Y lo que se debe considerar para ‘volver a empezar’? La educación no es una prioridad para el gobierno, es una oportunidad perdida.  

POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC

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