Ayer la senadora Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano, aseguró que me equivoqué con mi apreciación sobre la iniciativa que el Senado discutirá para aumentar las vacaciones remuneradas que debe tener un trabajador por ley. Yo dije que aumentar el número de días vacacionales suena muy bien, pero que ojalá también se exija mayor productividad al trabajador mexicano, porque es muy baja.
Afirmar que el trabajador mexicano es poco productivo, como lo han mostrado la OCDE, el Banco Mundial y la firma Expert Market, no obedece a ningún desprecio por la clase trabajadora, sino todo lo contrario: a la necesidad que tiene el país de mejorar, porque ni los trabajadores son sacrosantos, ni los patrones explotadores, como maliciosamente muchos políticos quieren decirnos.
¿Alguien se ha preguntado, por ejemplo, por qué en los restaurantes de Europa el mesero del restaurante no sólo toma la orden sino también recoge platos, limpia la mesa y da la bienvenida a los comensales? Ahí prácticamente no existe el garrotero, la hostess o el capitán de meseros. El mesero puede con todas las tareas: es altamente productivo. Y muchas veces estamos hablando de lugares que son listados entre los mejores del mundo. En México, en cambio, aun sin aparecer en esas listas, muchos restaurantes cuentan con un sinfín de personas, muchas de la cuales pierden intermitentemente el tiempo.
El epítome del personaje improductivo mexicano es el valet que está dentro del baño del restaurante, cuya función es abrir el grifo o proporcionar dos toallas de papel para el secado de las manos. Su función es parecida al guardia de la pluma de ingreso al estacionamiento de un centro comercial, cuya tarea es presionar el botón del dispensador de boletos y entregarlo en mano. O la del individuo que previene choques (“viene, viene”) mientras conduces en reversa, a pesar de que tu auto tenga cinco cámaras. La lista es larga: empacadores en el supermercado, maleteros en aeropuertos, pepenadores, y hasta elevadoristas…
¿Todos ellos trabajan? Si. ¿Sus horas trabajadas son sumadas a la producción nacional? También. Pero… ¿son productivos? No, y sus tareas son parcial o totalmente innecesarias.
¿Es políticamente incorrecto decirlo? Quizá; pero es la verdad.
Endiosar a los trabajadores es el sello de tiempos políticos. Pero no es útil para que el país avance. Hay que dar más vacaciones remuneradas, es cierto; pero la exigencia de productividad al trabajador no es sacrilegio.
Además, apapachar las tareas simples y repetitivas no nos llevará a nada bueno en un mundo que se está inundando de robots.
MCKINSEY Y EL METAVERSO
La consultora McKinsey publicó el reporte más completo sobre el potencial del metaverso para los negocios: el valor económico que representará alcanzará los Dlls. $5 billones en el año 2030.
POR CARLOS MOTA
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