LA ENCERRONA

Proteger la democracia

Italia, un país con menos de 60 millones de habitantes, pero con una historia tan rica para ser la cuna de la civilización occidental, vuelve a pasar por un torbellino en su clase política

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás.” Winston Churchill

Italia, un país con menos de 60 millones de habitantes, pero con una historia tan rica para ser la cuna de la civilización occidental, vuelve a pasar por un torbellino en su clase política. La renuncia de Mario Draghi, Primer Ministro italiano llega en un momento de crisis álgida para la economía, humanitaria, energética, sanitaria, política y de representación democrática del país, de la Unión Europea y del mundo entero.

Mario Draghi, un tecnócrata que llegó a la política debido a sus resultados y su buen rendimiento en el Banco Central Europeo, mostró que aquel mito “salvador” del gobierno de los técnicos no es suficiente para el adecuado gobierno de un país, aún más cuando se trata de una sociedad tan politizada como la italiana. Y es que no es que Draghi haya realizado un peor trabajo que sus antecesores, sino que el vehículo en el que se transportó para llegar a ser el primer ministro fue una gran coalición de partidos variopintos para lograr la “unidad nacional” y poder resolver la crisis económica a causa de la pandemia y amainar la desigualdad en “el país de la bota” tenía contados los días desde su nacimiento.

Sabemos que Italia y su sociedad está un tanto acostumbrada a crisis en sus gobiernos (incluso algunos lo tildan de ser una especie de laboratorio europeo), sin embargo en esta ocasión, el hueco que deja la dimisión de Draghi -ya aceptada por el presidente Sergio Mattarella y que adelanta la fecha para convocar a elecciones, inicialmente programada para marzo de 2023, así como una desestabilización política, económica y social inherente a procesos terminados de manera abrupta- abre la puerta para que este sea llenado con los peores perfiles de la llamada clase política italiana, pues con esto se frotan las manos los políticos de ambos extremos del cartesiano.

Por el lado derecho, los viejos conocidos, Silvio Berlusconi (Forza Italia) y Matteo Salvini (Liga) quieren regresar a los primeros planos de la política italiana e intentar hacer una nueva coalición de -derechas- con el partido Hermanos de Italia, un partido conservador y de extrema derecha, que postula a la extremista Giorgia Meloni, misma que lidera las encuestas en este momento. Por -la izquierda- nos encontramos con personajes como Giuseppe Conte, el populista de izquierda y quien actualmente lidera el Movimiento 5 Estrellas (autor de la implosión de la coalición para no darle continuidad a Draghi), quien no quiere dar pasos hacia el centro del cartesiano político y se rehúsa a formar parte del bloque progresista de izquierda moderada junto con los Partido Demócrata, “Azione” y +Europa.

Así, a falta de un par de meses para esta elección anticipada, Italia pasará por un convulso proceso político, social y electoral. El riesgo que corre, tanto Italia como otros países democráticos, es que, al dejar vacío el centro, los extremos políticos -sean de izquierdas o derechas- tienen gran oportunidad de hacerse del poder y con ello se va minando la confianza social en la representación democrática, dejando el camino allanado para autocracias o dictaduras. Hoy, más que nunca, debemos reivindicar la política, así como proteger a la democracia en todos sus niveles, dimensiones y países, si no lo hacemos, Italia, Europa y el mundo entero, se verá envuelto en problemas mayúsculos que ya habíamos creído resolver.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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