COLUMNA INVITADA

Internet of Bodies (IoB), nuestro futuro conectado

Internet de los cuerpos (IoB) es una red de objetos inteligentes portátiles, implantables, ingeribles e inyectables que permite comunicaciones dentro, y fuera del cuerpo y que están conectados a Internet, recopilando datos biométricos, fisiológicos o de comportamiento

OPINIÓN

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Javier López Casarín / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con el cambio de milenio comenzó a popularizarse el concepto de Internet de las Cosas (IoT), una red en la que los objetos del mundo físico se conectan a Internet a través de sensores ubicuos. Hoy, los constantes avances tecnológicos están difuminando cada vez más las fronteras entre el cuerpo humano y los algoritmos, marcando el comienzo de una nueva era: Internet de los Cuerpos (IoB por su nombre en inglés, Internet of Bodies). Así, el cuerpo humano se está convirtiendo en una nueva plataforma tecnológica.

Internet de los cuerpos (IoB) es una red de objetos inteligentes portátiles, implantables, ingeribles e inyectables que permite comunicaciones dentro, y fuera del cuerpo y que están conectados a Internet, recopilando datos biométricos, fisiológicos o de comportamiento e intercambian información a través de una red inalámbrica o híbrida y que, al mismo tiempo, pueden alterar la función del cuerpo. Incluyen instrumentos de uso médico, de seguimiento de estilo de vida y estado físico.

3 TIPOS DE IoB

Existen 3 tipos de IoB, que se clasifican según el lugar donde se encuentre el dispositivo o sensor:

  • Cuerpo Externo: Los dispositivos portátiles como un reloj Fitbit o Apple y dispositivos más necesarios desde el punto de vista médico, como una bomba de insulina inteligente, se encuentran todos en esta categoría. Solo en 2020 se vendieron casi 400 millones de dispositivos portátiles y se prevé que ese número aumente a más de 600 millones para 2024.
  • Cuerpo Interno: Estos dispositivos son ingeridos o implantados dentro del cuerpo para monitorear o controlar varios aspectos de nuestra salud. Los implantes cocleares, las píldoras digitales inteligentes e incluso el páncreas artificial o avances recientes en marcapasos entran en esta categoría.
  • Cuerpo Incrustado: En este concepto, las máquinas integradas y el cuerpo humano se fusionan y tienen una conexión en tiempo real con una máquina remota. Think Brain Computer Interface (BCI), donde el cerebro de una persona se fusiona directamente con un dispositivo externo que puede monitorear y controlar las funciones del cuerpo en tiempo real. Incluye sensores incrustados dentro de la piel.

El progreso en conectividad inalámbrica, materiales e innovación tecnológica está permitiendo que los dispositivos médicos implantables (IMD) se amplíen y sean viables en muchas aplicaciones.

EJEMPLOS EN DESARROLLO, IoB MÁS CERCA DE LO QUE IMAGINAMOS.

  • Desfibradores o marcapasos inteligentes: Uno de los ejemplos más sonados se trata de un pequeño dispositivo colocado en el abdomen, que ayuda a los pacientes con afecciones cardíacas a controlar los ritmos cardiacos anormales, por medio de impulsos eléctricos. También rastrea información a tiempo real, vinculando el marcapasos con una aplicación de móvil.
  • La Píldora inteligente: Los sensores ingeribles, comienzan a aparecer en el mercado de la salud. Esta tecnología está “incrustada” en forma de píldora, con la posibilidad de evaluar el clima intestinal a medida que el sensor realiza su trayecto, enviando los datos a un teléfono inteligente. Imagina tener un diagnóstico en tiempo real acerca del estado de tu sistema digestivo, detectar padecimientos y darles seguimiento; o por medio de la información recopilada, diseñar una dieta perfecta para tu organismo.
  • Lentes de contacto inteligentes: integran sensores y chips que pueden monitorear diagnósticos de salud basados en información del ojo y líquido ocular. Una lente de contacto inteligente en desarrollo tiene como objetivo controlar los niveles de glucosa que, con suerte, permitirá a los diabéticos controlar sus niveles de glucosa sin pinchazos repetidos a lo largo del día.

Los posibles casos de uso de la tecnología IoB son innumerables: implantes cerebrales que podrían permitir a las personas amputadas controlar una prótesis inteligente, órganos artificiales que podrían usar el tiempo optimizado por tecnología para expulsar enzimas, incluso pañales inteligentes que le permiten saber cuándo un bebé necesita un pañal nuevo.

Desafortunadamente, todas estas ventajas se compensan con consideraciones legales, éticas y de privacidad. Esta gran cantidad de datos, en particular, plantea preocupaciones fundamentales sobre el derecho individual a la privacidad y la autonomía.

Con respecto a los riesgos en el ámbito de la privacidad, existen dudas sobre quién puede llegar a tener acceso a los datos y qué uso podría llegar a darles. En cuanto a los riesgos para la seguridad, serían equivalentes a los de otros dispositivos de la internet de las cosas, como la vulnerabilidad que supone que personas no autorizadas accedan al dispositivo, aunque en los dispositivos sobre el cuerpo humano los peligros potenciales o los daños y efectos si se materializara alguna de las vulnerabilidades serían mucho más elevados.

El rápido crecimiento y desarrollo de estas nuevas tecnologías ha hecho que no exista suficiente normativa al respecto o que todavía esté por concretar cómo se puede aplicar o adaptar la regulación existente. Además, también son necesarios una gran sensibilización y un gran trabajo por parte de los desarrolladores y fabricantes para que minimicen o eliminen las posibles vulnerabilidades de los aparatos.

POR JAVIER LÓPEZ CASARÍN
EXPERTO EN INNOVACIÓN

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