Como cada año, el Consejo General del INE aprobó su propuesta de presupuesto para 2023. En el ánimo político actual poco importa la cantidad que solicite el instituto. De cualquier manera, sin estudio o análisis, fue criticado por Morena, e incluso su representante ante el órgano electoral anunció que no les temblará la mano para corregir la plana, una vez más.
Anteriormente, el INE había aprobado el presupuesto que recibirán los partidos de acuerdo con la ley en 2023. Se trata de más de seis mil 200 millones de pesos que no forman parte del gasto institucional, pero que el instituto debe de entregar a los partidos. Además, el Consejo General previó una partida de cuatro mil 25 millones de pesos, en caso de que se solicite organizar una consulta popular el año que entra. De hecho, así indicó la Corte que debía hacerse para evitar eventuales carencias presupuestales. Sin embargo, los ataques contra el INE ya empezaron, y habrá que esperar a lo que decida la mayoría en la Cámara de Diputados.
El debate que viene no es menor. El instituto ha recortado al máximo su gasto operativo fijo, sin afectar las grandes partidas que tienen que ver con la atención a la ciudadanía para entregar la credencial para votar con fotografía y el funcionamiento adecuado del Servicio Profesional Electoral. Esa parte del presupuesto es poco reductible. Además, de los 14 mil 438 millones solicitados, al menos dos mil 670 millones se destinarán a proyectos como la organización de las elecciones en Coahuila y en el Estado de México, y para los gastos necesarios de la elección de 2024, cuyo proceso electoral inicia en septiembre de 2023.
También, a partir de septiembre, el INE enfrentará el debate sobre la Reforma Electoral, que, a pesar de las pocas posibilidades de modificar la Constitución, pone en tela de juicio muchos de los procedimientos que podrían ser trastocados por una modificación legal. En los foros organizados para debatir las propuestas de reforma se menciona recurrentemente lo inoportuno de realizar cambios ahora, y la conveniencia de que cuente con el consenso de todas las fuerzas políticas. Eso no parece estar ocurriendo, y las posiciones tienden a polarizarse cada vez más.
En su participación en los foros sobre la reforma, Lorenzo Córdova recibió las primeras críticas al presupuesto del INE. Curiosamente a él le correspondió votar la propuesta, pero no lo administrará, pues su ejercicio termina a principios de abril del año que entra. A los debates anteriores habrá que sumar el proceso de selección en la Cámara de Diputados de cuatro integrantes del Consejo General del órgano electoral. Como se ve, se agolpan muchos temas electorales en poco tiempo, que bien podrían fortalecer a las instituciones y dar pasos firmes a favor de la democracia, o hacer todo lo contrario. Mucho dependerá de las mayorías en el Congreso, en especial en la Cámara de Diputados, y de la presión de la ciudadanía para defender a su INE.
POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
PROFESOR INVESTIGADOR, TEC DE MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG
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