Hace un par de semanas mencionaba la importancia de fortalecer, en vez de vulnerar, las relaciones con nuestros principales socios comerciales que hoy disputan las políticas energéticas mexicanas.
De confirmarse violaciones al T-MEC por parte de México, Estados Unidos podría tomar represalias arancelarias en diversos sectores de nuestro país, incluyendo al agroalimentario. El panorama favorable de este sector podría estar en riesgo.
México es el primer proveedor de alimentos de Estados Unidos: desde aquí importa 22%, incluyendo 70% de hortalizas y 52% de frutas. Es también el principal destino de nuestras exportaciones agroalimentarias, con 85.7%.
Tan solo en 2021, el valor fue de 37 mil 953 mdd, que equivale a 1.2 veces a toda la Inversión Extranjera Directa recibida por México el año pasado. Somos también el segundo proveedor de alimentos para Canadá, con montos de 928 mdd.
Por su parte, Estados Unidos provee 68.3% de las agroimportaciones mexicanas por 25 mil 451 mdd, seguido por Canadá con 7%, equivalente a 2 mil 603 mdd.
Así, en 2021 las compras a los socios del T-MEC concentraron 75.3% de las importaciones agroalimentarias.
Uno de los mayores éxitos en el T-MEC para México es el sector hortofrutícola, con productos como tomate o aguacate, y es el más vulnerable frente a Estados Unidos. Esta actividad incrementó sus envíos en más de 1,150% en los últimos 27 años, y contribuye con 17 mil 575 mdd de la balanza comercial agroalimentaria del país, generando más de 1.6 millones de empleos.
Recordemos, por ejemplo, lo sucedido en 2019. Por presiones políticas de productores de Florida, el presidente Donald Trump reactivó una disposición arancelaria para que el tomate mexicano pagara una tasa de 17.5%. Esta decisión implicaba una pérdida de valor y de trabajo en México estimada en 350 millones de dólares.
Más reciente fue la suspensión de importación de aguacate en febrero de 2022, por la inseguridad de los inspectores estadounidenses en México, que puso en vilo una industria de 3 mil mdd y de 300 mil empleos.
Afortunadamente, ambos asuntos se resolvieron como se deben resolverse las disputas: dialogando los gobiernos de ambos países, acompañados del sector privado.
Estos son apenas dos productos exitosos que podrían verse afectados en caso de una retaliación arancelaria. Otros son tequila, cerveza, azúcar, ganado en pie o carne de bovino.
Ante el entorno inflacionario global, cualquier medida que vulnere el libre comercio tendría impactos en los precios, afectando a consumidores, productores, empleos, derrama económica y divisas. El gobierno mexicano está a tiempo de tener una visión estratégica de Estado.
CUMULONIMBOS. Las medidas arancelarias “son muy malas respuestas en el entorno que conocemos, porque se trata de nacionalismo económico […] y el nacionalismo es la guerra, y en la guerra todos pierden”: Emmanuel Macron.
POR BOSCO DE LA VEGA
COLABORADOR
@BOSCODELAV
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