¿Y SI EXPONEMOS LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

¿Por qué en mi lugar seguro soy víctima?

Uno de los daños emocionales que se generan al estar en una relación de violencia doméstica, es el síndrome de Estocolmo

OPINIÓN

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Brenda Borunda / ¿Y si exponemos la violencia de género? / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Llamar víctima a una mujer que ha sufrido violencia dentro de su propio hogar, es un término que, en su mayoría causa ruido e incomodidad. Entender en qué momento nos convertimos en víctima de la persona a la que amamos con intensidad, y quien supuestamente debería ser nuestro “protector”, nuestro compañero, ahora es la persona que más nos puede lastimar y con quien corremos m??s peligro. Esto no es fácil de asimilar.

Ser víctima y darnos cuenta, ayuda a poder ir trazando una ruta de salida de esta relación. Así mismo, podemos conocer cómo llegamos a esta situación, y el proceso que se generó en nosotros.

Es sumamente difícil salir de una relación donde prevalece la violencia. Y en estas relaciones existen varias etapas. Una de estas etapas es la luna de miel en donde la violencia pasiva, psicológica, emocional y por supuesto económica empiezan a estar presentes. En esta faceta se merma nuestra autoestima, tan lento y minucioso, tan progresivo y siempre en aumento, hasta que perdemos el control de nosotras mismas y de nuestras decisiones. El miedo, la ilusión del cambio, el amor romántico, y la codependencia crece a cada momento, elevando cada vez más los tonos y el nivel de violencia ejercida.

Uno de los daños emocionales que se generan al estar en una relación de violencia doméstica, es el síndrome de Estocolmo. Esta es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención, en contra de su voluntad, (en este caso una víctima de una relación de violencia doméstica) desarrollan una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con su secuestrador o retenedor (pareja).

Ahora, sumamos el factor determinante, ¿por qué este tipo de violencia se debe tratar de una manera específica y en particular, y no se debe clasificar como cualquier otro tipo de violencia? Porque existe un lazo o nexo sentimental, previo a la violencia. También el factor de ilusión, en donde se crean planes y proyectos de vida en común. El origen de este síndrome se desarrolla en la malinterpretación de la ausencia de violencia (cualquier tipo) como un acto de amor/humanidad por parte del agresor.

Entendiendo ahora el término víctima de violencia doméstica, desde ésta perspectiva, nos podemos proteger de la idea de generar culpa en nosotras mismas, y comenzar la búsqueda de ayuda como eso que somos: víctimas.

El silencio es el mejor aliado de nuestros agresores, por ello hablar y buscar redes de apoyo será un primer paso para ponernos a salvo y salir de una relación de este tipo. La violencia nunca debe ser vista como algo normal, nunca debemos normalizar algo que nos haga sentir menos, incómodas o inseguras.

POR BRENDA BORUNDA ESPINOZA
LICENCIADA EN DERECHO Y MÁSTER EN ESTUDIO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO POR LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA / EXDIPUTADA FEDERAL DE LA LXVIII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
@BRENDABORUNDA

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