ARTICULISTA

México y el movimiento surrealista

Nuestro país no sólo albergó a exiliados de nacionalidades distintas, también abrió sus brazos a artistas afines al pensamiento de Breton

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde la gran exposición surrealista que se llevó a cabo en la Ciudad de México en la década de los cuarenta, hasta el día de hoy, este vaso comunicante sigue dando de qué hablar.

Junto con la llegada de los surrealistas a México, el movimiento comenzó a sentirse cómodo en nuestras tierras y a asumirse poco a poco como una manifestación de vanguardia. Nuestro país no sólo albergó a exiliados de nacionalidades distintas sino que también abrió sus brazos a artistas mexicanos afines al pensamiento de Breton y algunos otros que, sin considerarse surrealistas, participaron en la Exposición Internacional del Surrealismo de 1940, realizada en la Galería de Arte Mexicano. Esta muestra presentó en total 109 piezas, algunas de ellas provenientes de lugares como Alemania, Austria, Francia, Chile, España, Inglaterra, México y Estados Unidos, incluyendo dibujos, arte mexicano antiguo y “arte salvaje”, llamando de este modo a máscaras, vasos y estatuas provenientes de Nueva Guinea y México.

Años más tarde, concretamente en 1986, el Museo Nacional de Arte llevó a cabo la exposición titulada Los surrealistas en México, muestra que propuso una revisión de los artistas surrealistas que integraron el grupo parisino, los exiliados en México y los jóvenes nacionales y extranjeros que complementaron su repertorio iconográfico con la influencia documentada en paisajes, poemas, cartas y esculturas que formaron parte de la muestra.

Nuevamente los vínculos entre el surrealismo europeo y su vertiente mexicana se exploran en la exposición Sólo lo maravilloso es bello. El surrealismo en diálogo. Museo Boijmans Van Beuningen-México, compuesta por 289 obras de creadores representativos de los movimientos dadaísta y surrealista, la cual se presenta en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

El proyecto expositivo recopila exploraciones en las ramas de literatura, pintura, escultura, fotografía y cine, con una selección de artistas como Max Ernst, Man Ray, Salvador Dalí, René Magritte, Wolfgang Paleen, y creadores mexicanos como Frida Kahlo, Agustín Lazo, María Izquierdo, entre otros.

La exhibición comprende ocho núcleos temáticos. Los primeros seis obedecen al concepto curatorial para la parte europea de la curadora Els Hoek, mientras que la sección mexicana quedó en manos de Tere Arcq. Arcq propuso dos núcleos más, una “cápsula tiempo” relativa a la exposición en la Galería de Arte Mexicano y otro dedicado a Edward James. A la cocuradora le importaba “enfatizar en qué medida el paisaje, la mitología, el arte prehispánico y el popular nutrieron a los surrealistas que llegaron a México, así como el mundo de la magia y de lo oculto que fue trascendental, sobre todo para las mujeres”.

Los surrealistas exaltaban los sueños y el inconsciente como fuentes de creatividad, al mismo tiempo que propugnaban la destrucción de instituciones que consideraban estériles y burguesas—la iglesia, la familia. Hoy, todos estos valores que promulgaban los surrealistas son muy contemporáneos, pues más que un movimiento artístico, el surrealismo fue una forma disidente de ver el mundo. Por ello, constituyó un parteaguas en la creación plástica mexicana, su presencia motivó la reflexión de varios estudiosos, artistas e intelectuales, quienes razonaron largamente en la asimilación de las premisas de esta vanguardia.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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