MALOS MODOS

La 4T se va contra el cine

La industria mexicana del cine, con todos sus defectos, creció una barbaridad en los sexenios anteriores; vean sino el número de películas estrenadas

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace un par de días, Ana Paula Ordorica escribió una columna que nos trae un recordatorio: con esta administración, el cine, en un puñadito de años, pasó de vivir una época de auge, con sus problemas, a una crisis sin apelativos que ojalá no se vuelva irreversible, y que en todo caso ha dejado ya daños muy graves a la industria.

¿Qué le pasó al cine? Le pasó que el gobierno obradorista se embolsó los fideicomisos, que en los años pre 4T tuvieron un papel central en el auge al que me refiero. A cambio, prometió lo de siempre: un financiamiento “sin corrupción”, directo, vía Imcine. Bueno, el financiamiento, a la hora de teclear estas líneas, no ha llegado, una eternidad después.

Lo recordó Ana Paula y lo dijeron, días antes, el 7 de agosto, en un comunicado, los que mejor lo saben, es decir, los productores de las 50 películas, repito: 50 películas que están detenidas porque la Secretaría de Cultura, para sorpresa de nadie, no ha soltado un peso de los que prometió desde el golpe a los fideicomisos, en 2020.

Sé lo que van a decir algunos: que Fidecine y Foprocine sirvieron para hacer películas chafas, y que fomentaron el amiguismo y la tranza. Sin embargo, hay otros datos. Es un hecho, por ejemplo, que la industria mexicana del cine, con todos sus defectos, creció una barbaridad en los sexenios anteriores; vean sino el número de películas estrenadas.

Es un hecho también que con los fideicomisos se hicieron, entre muchas otras, “Temporada de patos”, “El crimen del padre Amaro”, “Perfume de violetas”, “Presunto culpable” o –tiene su ironía la cosa– “Ayotzinapa, El Paso de las Tortugas”, que desmiente la llamada “verdad histórica” (sí, esa que es igualita a la que anunció Alejandro Encinas hace un par de días).

Por supuesto, también se hicieron unos cuantos golpes de taquilla de esos que tantas ronchas sacan en el chairismo, esa escuela del resentimiento: “La Ley de Herodes”, “El Infierno”, “Sexo, pudor y lágrimas” o la mil veces vituperada “No se aceptan devoluciones”, de Eugenio Derbez. ¿Qué nos dice esta lista escuetísima?

Que México, de la mano de los fideicomisos, hizo un cine abundante y variado, reflejo, sí, de su riqueza cultural, que lo mismo ha valido para ganar premios y premios en los festivales del mundo, que para llenar salas y, con el dinero de la taquilla, regresarle una lana al Estado, como indicaban los acuerdos, y crear empleos, y formar profesionales…

Desde luego, aquellos fideicomisos tenían sus problemas. Pero los resultados están ahí. Lo que ofrece a cambio la 4T es lo de siempre: promesas y, a fin de cuentas, una guerra contra la industria y contra los mexicanos que trabajan en ella. Dos años, 50 películas en la estacada. Eso es lo que hay. Ana Paula llamó a su columna “La 4T se va contra el cine”. Es muy cierto. Por eso, le robé el título.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

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