COLUMNA INVITADA

Doctor Simi vs. Doctor Gatell

La salud de los mexicanos está atrapada entre las carencias de un sistema público, que por más de 30 años fue castigado y desmantelado

OPINIÓN

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Onel Ortiz Fragoso / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Lo que representa el Doctor Simi, la botarga de las Farmacias de Similares y la visión del doctor Hugo López-Gatell, el súpersubsecretario de Salud del gobierno de AMLO, respecto a los consultorios adyacentes a las farmacias son dos caras de la misma tragedia. La enorme crisis en la cual se encuentra el sistema de salud pública en México.

El Doctor Simi representa lo que hay; el doctor Gatell habla de lo que debería existir, pero que no existe en la realidad cotidiana de millones de mexicanos. El doctor Gatell tiene razón al denunciar las características, limitaciones, riesgos y demás problemas de los consultorios de las farmacias. Si fuera lucha libre, el Doctor Simi le estaría ganando al doctor Gatell.

La salud de los mexicanos está atrapada entre las carencias de un sistema público, que por 30 años fue castigado y desmantelado; los intereses de las farmacéuticas y los hospitales privados; así como, por las buenas intenciones, pero deficientes políticas del gobierno actual.

La epidemia de COVID demostró las fortalezas y debilidades de nuestro sistema de salud. También evidenció de cuerpo completo las limitaciones de los hospitales privados. Lo más importante, demostró, que la salud es una cuestión eminentemente pública y social.

¿Por qué las personas acuden a los consultorios de las farmacias? Porque ofrecen atención rápida y a precios accesibles a un problema inmediato. Para las cadenas farmacéuticas instalar consultorios son el complemento ideal para sus negocios. En un mismo lugar diagnostican y venden los medicamentos al paciente. En la última década del siglo pasado, una franquicia de similares instalaron “simiconsultorios” al lado de sus farmacias. El pago por consulta era de 10 pesos. Rotundo éxito.

Después, cuando la Secretaría de Salud estableció que los antibióticos sólo podían venderse con receta, la cual era retenida por la farmacia, las grandes cadenas de este ramo instalaron consultorios en pequeños espacios al lado de sus establecimientos.

Para médicos generales y enfermeras resulta práctico y quizá redituable aceptar un empleo en estos consultorios, que competir o aceptar una plaza que ofrece el IMSS o la Secretaría de Salud. Sabemos que existen 13 mil plazas vacantes en el sector público, pero que no hay médicos especialistas interesados en ocuparlas.

Para muchas personas asistir a estos lugares es la opción más fácil. Quienes acuden a estos consultorios en unos minutos reciben un diagnóstico, máximo una hora si las filas son largas. En cambio, si acuden a un centro de salud, pueden esperar uno o incluso dos días para ser atendido y tienen que desplazarse a otro lugar para comprar sus medicamentos.

Ojalá la población tuviera alternativas públicas, pero por desgracia no es así. Los consultorios de las farmacias son útiles, deben ser regulados y los doctores que las atienden recibir la capacitación adecuada.

Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

POR ONEL ORTIZ FRAGOSO

@ONELORTIZ

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