COLUMNA INVITADA

¿Quién disfruta lo votado?

Al comenzar su presidencia, Francisco I. Madero realizó reformas electorales de la Constitución de 1857

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Al comenzar su presidencia, Francisco I. Madero realizó reformas electorales de la Constitución de 1857, cambiando así la elección de diputados y senadores al sistema de elección directa. Él había llegado al poder mediante el aún vigente sistema indirecto, pero sabía la necesidad de la integrar totalmente al pueblo mexicano, sin electores entre el votante y el votado. Irónicamente, las primeras elecciones llevadas a cabo de esta manera terminarían por escoger al golpista Victoriano Huerta, quien había prometido alejarse, como presidente de México, el 26 de octubre de 1913, en parte gracias al voto de sus partidarios militares.

El periódico La Opinión escribía sobre ese día: "Las clases populares en la metrópoli observan gran indiferencia por las elecciones que hoy se efectúan". A pesar del ambiente depresivo con el que se “celebraron” aquellas elecciones, lo cierto es que Madero dejó un importante precedente para el ejercicio de la democracia. Más adelante, la constitución de 1917 dejó en claro en el artículo 81 que la elección presidencial sería directa.

Ha habido reformas de importancia para la vida electoral en el país, como lo fue la de 1977 que creó el actual sistema multipartidista. Un sistema que produce riñas, choques y peleas, por no decir otras cosas, entre los más fieles seguidores de estos partidos. Cada uno genera su propia superioridad moral por apoyar, o no, a cierto partido político; de ahí que al darse los resultados viene la famosa frase: “disfruta lo votado”.

Palabras que nacen de la división en la sociedad actual. Cada vez que el gobierno comete una equivocación, hace un decreto o emite un discurso erróneo, aquellos que desde el principio estuvieron en contra salen a culpar a los votantes. Las redes sociales se convirtieron en uno de los principales medios que aumentaron el empleo de esta frase. Cuando comenzaron los, todavía presentes, problemas con el CIDE, hubo algunos intelectuales o figuras públicas que fueron linchadas virtualmente al mostrar su postura contraria sobre la imposición gubernamental.

La razón de este linchamiento fue porque varios usuarios les recordaron a estos sujetos su voto y apoyo a Andrés Manuel, por lo que solo le limitaron a decirles: “a disfrutar lo votado”. Hay que ser honestos, dicha frase no logra nada sino mostrar la división que se vive desde las elecciones del 2018. Es ridículo responsabilizar al votante por los tropiezos de este gobierno, si fuera así también habría que hacer lo mismo con los millones que votaron por Felipe Calderón y no vieron venir la guerra contra el narcotráfico.

No debe existir autoridad moral de unos contra otros por el voto; eso sí, el problema radica cuando convierten esa votación en un fanatismo político, entonces allí las cuestiones cambian. Lo votado no se disfruta, se exige. Pero por ahora, hay que recordar que la libertad de votar es de las pocas cosas que le queda a una democracia. Si no lo fuera, no habría esfuerzos autoritarios por modificar o controlar el voto.

POR IGNACIO ANAYA

@IgnacioAnay

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