COLUMNA INVITADA

Dos Bocas, una realidad

La 4T sigue avanzando y el gobierno de AMLO sigue cumpliendo su compromiso de transformar a México.

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Tras la inauguración y entrada en operación del AIFA en su primera etapa hace poco más de tres meses, el Presidente vio en la refinería Dos Bocas, cuyo nombre oficial es Refinería Olmeca, la ruta para volver a demostrar que con honestidad y eficiencia pueden impulsarse obras de gran envergadura para beneficio de México y que, además, se terminan en un tiempo razonablemente corto y sin endeudar a las y los mexicanos.

La refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, es una de las obras estratégicas de este gobierno y la primera refinería construida en México en 40 años; en ella se procesarán 340 mil barriles de crudo y se producirán 170 mil de gasolina y 120 mil de diésel diariamente.

La apuesta es a la autosuficiencia de nuestro país en la producción de combustibles, rompiendo el esquema actual en el que exportamos crudo destinado a la producción de combustibles que después compramos a precios más elevados.

Pero, además, con ello seguimos rescatando a Pemex del desmantelamiento al que la sometieron los gobiernos neoliberales y la consolidamos como una institución fundamental para el desarrollo nacional.

Por si fuera poco, la Refinería Olmeca, junto con el Tren Maya y el Corredor Transístmico, forman parte de un proyecto integral de desarrollo regional del sur-sureste que permitirá abatir el rezago y la desigualdad entre las regiones del país, que históricamente han dado pie a decir que existen dos Méxicos distintos, uno en el norte y otro en el sur.

Con el gobierno de la 4T se saldará esa deuda añeja con el sur-sureste.

Pero no podían faltar las voces opositoras que, cada vez más hundidas en sus conflictos internos y más desesperadas por el éxito de este gobierno, buscan la manera de infamarlo. Tal es su mezquindad y miseria política que pretenden desacreditar a la refinería diciendo que no está terminada y que su inauguración fue un acto propagandístico.

Al igual que el AIFA, la operación de la refinería de Dos Bocas será por etapas y conforme estas se sucedan se irá incrementando su operación. Lo relevante es que a la par de que se avanza en dichas etapas los proyectos ya se encuentran en funcionamiento, es decir, ya no son elefantes blancos, sino proyectos reales, operativos y productivos.

Quizá eso es lo que le indigna a la oposición y a sus corifeos, acostumbrados a proyectos que terminan siendo elefantes blancos, como la supuesta refinería de Tula en la que se invirtieron 620 millones de dólares y de la que sólo se construyó la barda (o fue la barda más cara en la historia de la humanidad o alguien se robó todo ese dinero, ¿usted qué cree?), o la compra de Agronitrogenados en 275 millones de dólares, o el fiasco de Enciclomedia en el que los dos gobiernos panistas despilfarraron más de 23 mil 500 millones de pesos documentados y miles de millones más sin documentar, o el monumento a la corrupción panista, también llamado Estela de Luz, que costó más de mil millones de pesos.

Con Dos Bocas, una vez más se confirma que no somos iguales.

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA

COLABORAOR

@BENJAMINROBLESM

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