UN MONTÓN DE PLATA

Más empresas quieren dejar la Bolsa

El fracaso del modelo bursátil mexicano, patente hoy como nunca por el desenliste de compañías, subraya la división entre dueños y empleados

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hablé estos días con personajes del mundo empresarial de compañías que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Su reacción ante la decisión de Carlos Slim de sacar a Grupo Sanborns del mercado bursátil no es buena, y me confirman que otras empresas que cotizan ya hablan al respecto, sin que sus accionistas principales se hayan decidido aún. 

Pero ya lo consideran. Señalan que los costos regulatorios son muchos y los beneficios son pocos. Varias son empresas dominadas por familias, que ven la Bolsa como algo engorroso. Refieren que compañías como Rassini, Lala o Bio Pappel están mejor privadas, sin reportar nada al público, ni cumpliendo con tanto requisito. 

Resulta increíble que el mercado bursátil mexicano esté anoréxico por falta de liderazgo. Esta problemática conlleva un problema de fondo de la mayor gravedad: los mexicanos no estamos listos para compartir los beneficios de las inversiones de capital. 

En adición, el financiamiento bancario sobra y los bancos están agarrados hasta con las uñas de su cartera de clientes. Hay un riesgo adicional a lo anterior: el país se está dividiendo nuevamente entre quienes poseen los activos más potentes y quienes no tienen ni un gramo de acceso a esos activos. 

Tal como ocurrió en la época prerevolucionaria, cuando las haciendas pertenecían a unas cuantas familias y los trabajadores sólo veían el fruto de su trabajo en un salario muchas veces raquítico, sin posibilidad de acumular capital.

El fracaso del modelo bursátil mexicano, patente hoy como nunca por el desenliste de tantas empresas, subraya la perenne división entre los dueños y los empleados en México.

Tal como ocurría con las haciendas, pero esta vez con otro tipo de activos (fábricas, centros de distribución, edificios corporativos, etcétera). El modelo bursátil era el mecanismo idóneo para socializar la propiedad del capital en el país (algo que nadie le explicó al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que alguien como Lula entendió a la perfección en Brasil). Así ocurre en todo el mundo, donde cualquier persona sabe que posee al menos un pedacito de una empresa automotriz, de una farmacéutica, o de una minera. Tristemente no pudimos replicar eso en México, y el intento fallido ahora está derivando en un proceso invertido, en el que las corporaciones familiares quieren 100 por ciento del control y ni los empleados ni la sociedad podrán participar en el capital. 

No sé si alguien se dé cuenta del problema, pero con las haciendas la cosa terminó en una revolución. Lo peor de todo es que tenemos la solución a la mano, pero la estamos dejando morir. 

PALACIO DE HIERRO 

El Palacio de Hierro, de Alejandro Baillères, avanza a gran ritmo para la inauguración de su tienda adyacente a Mitikah, en Coyoacán, tienda que dejará boquiabiertos a muchos por su grandiosidad, afirman.

POR CARLOS MOTA
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