Es lamentable darnos cuenta de que, en términos generales, los políticos de nuestro país carecen de nivel para estar a la altura de una nación como la nuestra. Lideres de partidos sin carisma, sin propuestas, además de ser señalados de corruptos y cínicos. Se va deteriorando todos los días la política, eso que se conoce como el arte de gobernar, tenemos en muchos casos, políticos de
caricatura, impreparados, ocurrentes, sin propuestas que mejoren las condiciones de pobreza por las que atraviesa gran parte de la población en México.
Ejemplos tenemos muchos, un líder en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se aferra de manera vulgar a un puesto, a un fuero, cuando lo que tendría que hacer es renunciar y hacer frente a las acusaciones de cara a una sociedad molesta y agraviada.
Una gobernadora de Campeche, Layda Sansores, francamente impresentable, con un largo y cuestionado pasado, no solo por sus antecedentes en el PRI corrupto, sino en su más reciente gestión en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México. Ahora ya purificada, nos “deleita” todos los martes con la hora del jaguar, que no es otra cosa que un espectáculo burdo y de muy mal gusto.
Otro ejemplo, no menos alarmante, es lo acontecido en la mañanera en la que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reaccionó ante una disputa comercial suscitada bajo los estándares del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), generada por los cambios del gobierno mexicano a la política energética, con una canción del grupo musical Chico Che y la Crisis.
Como todo diferendo derivado de un tratado internacional, se debe dirimir bajo los mecanismos establecidos en el mismo instrumento jurídico, suscrito por las partes. Incluso, los Estados en muchos casos llevan estos asuntos ante la Corte Internacional de Justicia, órgano jurisdiccional máximo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Un estadista con alturas de mira debería dejar claro que se defenderá la postura de México en las instancias internacionales correspondientes, y no provocar o burlarse de su contraparte como lo hizo el presidente de manera simplona, irresponsable y con muy poco estilo.
Andrés Manuel López Obrador que tanto pregona la doctrina del Benemérito de las Américas, debería recordar la frase del
expresidente de México: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Estados Unidos y Canadá tienen el derecho de reclamar lo que a sus intereses convengan, y nuestro país a interponer y defender de manera valiente y con firmeza sus argumentos, pero con respeto.
Es bastante infantil reaccionar a los reclamos de nuestros socios comerciales de la forma en que lo hizo nuestro presidente, en
donde lo único que provoca es que se agrave la disputa y nuestros socios perciban que no se les está tomando en serio.
Lo que si debe dar miedo es que se les impongan a los mexicanos, al pueblo, como se dice en la 4T, aranceles y castigos comerciales si se pierde la disputa en el T-MEX contra Estados Unidos y Canadá. Y ahora a esperar con que nueva ocurrencia sale el presidente el 16 de septiembre, en donde ya dijo que aprovechara el desfile militar para volver a contestarle a nuestro principal socio comercial.
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
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MAAZ