Cada que se lleva un libro al cine y, más aun, cuando es un clásico, se corren riesgos. El mayor de ellos es decepcionar. Los libros siempre son mejores que las películas. Idea que no voy a discutir. Pero cuando una historia es adaptada, tiene mayor visibilidad.
Con Jane Austen siempre hay expectativas de que alcance la calidad y éxito de Orgullo y prejuicio (2005), con Keira Knightley y Matthew Macfadyen. Si bien, nunca obtuvo reconocimiento en vida, al morir siguieron publicándose sus novelas. Persuasión, que vio la luz en 1818, ahora es base para una película de Netflix, dirigida por Carrie Cracknell, con una sombría Dakota Johnson como Anne Elliot.
La historia cuenta la vida de una joven arrepentida por ceder a la presión social y rechazar el amor del capitán Wentworth (Cosmo Jarvis), por no poseer fortuna. Nacida en Steventon, Inglaterra, en 1775, Austen escribió libros protagonizados por mujeres que viven entre el amor, mucho drama y un poco de humor. Fórmula que los mantiene en el gusto.
Persuasión es uno de sus libros más queridos; está nueva versión busca “modernizar” su trabajo con figuras retóricas y elementos a lo Fleabag, como romper con la cuarta pared para hablar directamente a la cámara. En un intento por llegar a la Generación Z.
Pese a la intención, las críticas apuntan a que “nadie de la producción leyó la novela” y hay quien señala que es “la peor adaptación de un libro de Austen”. Cada quien tendrá su opinión, pero desde su estreno se ha mantenido como una de las más vistas. En la perspectiva del siglo XXI es interesante y cautivador que un texto de Austen, quien nunca vio su nombre en la portada de uno de sus libros, tenga tanto eco. Ella es una de las escritoras más aclamadas, conocidas y queridas de la actualidad, y al haber estado en las sombras, siempre será un acierto dar a conocer su obra y que Anónimo ya nunca más sea una mujer.
POR MELISSA MORENO
MELISSA.MORENOC@GMAIL.COM
@MELISSOTOTOTA
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