Durante varias semanas se intentó imponer en las filas del movimiento morenista mexiquense la idea de que el nombramiento de quien coordinará los comités en defensa de la cuarta transformación estaba decidido, y esa supuesta decisión que se disfrazaba de consenso era en realidad un intento de imposición que sufrió un duro revés con la inscripción de 67 aspirantes que le hicieron el desaire a quien se pretendía erigir como el censor de la 4t mexiquense.
¿Y esto por qué es un asunto de todes? La actitud de ese sector neopriista al interior de morena no es nueva, como tampoco lo fue cuando los echaron a patadas del PRD, ni tampoco cunado los corrieron de lo que era convergencia (ahora Movimiento Ciudadano) donde ocupaban cargos de elección popular mientras a quienes pretenden descalificar hoy, construían morena.
Por más despliegue de recursos (de procedencia por explicarse) la diversidad morenista salió fortalecida respecto a visión autoritaria y monolítica de quienes desde el aparato burocrático dinamitaron cualquier posibilidad entendimiento con la variadísima militancia mexiquense.
Ahora para morena lo más importante es conservar la unidad desde el programa de gobierno que ofrecerá. La lección ha sido clara, no hay un liderazgo que por sí convoque a todes o genere unanimidad. Ante esta situación el común denominador de la diversidad de liderazgos será la construcción colectiva de la propuesta que se presentará a las y los electores en 2023 que debe ser consultado y procesado más allá del propio partido.
Foros, conversatorios, entrevistas, conferencias en todas las regiones y con todos los sectores de la entidad mexiquense deben ser desde ahora una tarea paralela pero igual de importante que la construcción de los comités de defensa de la 4T, que no son otra cosa que la estructura de promoción y defensa del voto.
Si el camino a la coordinación estuvo lleno de imágenes en anuncios espectaculares sin ningún contenido, sin mensaje alguno más que el fin de la promoción personalizada, el ejercicio de la coordinación debe separarse de ese camino y priorizar el diagnóstico adecuado de nuestro estado más allá de la perogrullada de que el Edomex está en pésimas condiciones y también alejarse del simplismo de que es culpa de Del Mazo y del PRI, que desde luego que es así pero la ciudadanía espera el programa que dirá con puntos y comas como se revertirá ese proceso de deterioro.
La garantía de seguridad, la efectiva movilidad, la ampliación de la cobertura educativa, la adecuada atención médica, la generación de fuentes de empleo, el apoyo al campo y la forma en que jóvenes, mujeres, indígenas, campesinos y la niñez se beneficiaran en concreto de todo lo anterior será la agenda que debe ser impulsada por la coordinación de morena en la entidad más poblada, con mayores recursos y paradójicamente más atrasada del país. Se avecina una tarea titánica, para lo que algunos pensaban que era un simple encargo que les faltaba en su hoja curricular.