NOTAS SIN PAUTA

Violencia de género, fiscales ineptos, sistemas podridos

Una semana basta para mostrar las condiciones terribles de violencia de género

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una semana basta para mostrar las condiciones terribles de violencia de género, la ausencia de empatía en amplios sectores de la sociedad y la ineptitud de las fiscalías para procurar justicia.

El pasado lunes 18, la Fiscalía de Justicia de Nuevo León, presentó el tercer dictamen forense sobre la muerte de Debanhi Escobar, la joven que desapareció el 9 de abril en Escobedo y cuyo cuerpo fue localizado el día 22 del mismo mes. Sólo la presión social y mediática, motivada por la persistencia de sus padres en la búsqueda de verdad y justicia, obligó a las autoridades a practicar una tercera necropsia que contradice los resultados de la segunda que, en su momento, contradecía los resultados de la primera.

De haber aceptado el primer y el segundo informes, nos encontraríamos ante “una verdad jurídica” que distaba mucho de lo que ahora se supone es la verdad a medias. El desastre forense e investigativo, deja al fiscal Gustavo Adolfo Guerrero como un inepto pues, ante un caso de alto impacto, por acción y omisión, es responsable de la construcción de un relato para la impunidad que, evidenciado, debería necesariamente llevarlo a la dimisión porque ahora se hace indispensable investigar a quienes participaron en el caso, una tarea que no puede realizarse bajo su mando.

En un país donde 10 mujeres son asesinadas diariamente, el crimen contra Debanhi tiene una relevancia especial porque estando bajo observación y escrutinio implica pifias inadmisibles.

Aun peor: el problema no sólo es el fiscal Guerrero, es el de un sistema de procuración de justicia podrido. Tan podrido que al día siguiente, el martes 19, nos colocó ante la horrenda muerte que dieron a Luz Raquel Padilla, en Zapopan, Jalisco.

La defensora de derechos humanos de personas con discapacidad, madre de un pequeño con autismo, había anunciado largamente las amenazas que recibía, razón por la que gozaba (es un decir) de medidas de protección por la fiscalía a cargo de Luis Joaquín Méndez.

Entre esas amenazas destaca, por ser la que se cumplió, que sería quemada viva y que alguna mano anónima grafiteó en el acceso de su casa el pasado 17 de mayo. Méndez es otro fiscal inepto que ante la omisión debería renunciar, aunque ya sabemos, no lo hará. Soltar el hueso nunca es opción.

En medio de tremendos casos de violencia de género, el común denominador es la presión social en dos grandes zonas metropolitanas como lo son la de Monterrey y la de Guadalajara. Por supuesto, la condición de visibilidad no evita que haya agresiones tremendas que no se ven.

Por ejemplo, el 20 de julio se cumplió un mes del ataque físico y sexual sufrido por una niña de 11 años a manos de cuatro hombres adultos en el Ejido 20 de Noviembre, en Matamoros Coahuila. Estuvo desaparecida un día entero y cuando la encontraron sufría una crisis nerviosa y estaba visiblemente lastimada.

No pudo tener atención médica en el centro de salud de Francisco I Madero; el ministerio público fue omiso hasta el día siguiente. De los cuatro agresores, sólo uno está detenido, los otros hacen gala de impunidad, inclusive drogándose en la plaza pública del ejido. Conocí el caso por Valería López Luévanos, quien publicó un artículo al respecto en El Coahuilense, acentuando el infierno que la niña y su familia viven ahora con algunos vecinos de la comunidad cercanos a los agresores.

Una caso más: el fiscal Gerardo Márquez brilla por lo inepto como también lo hacen quienes, en un caso como ese, deberían tener un papel destacado en la protección de las infancias, por ejemplo, la procuradora de la infancia, María Leticia Sánchez Campos, quien ni se despeina, cuando apenas unas semanas antes, en Saltillo, registró el caso de otra pequeña de 11 años que se suicidó después de ser víctima de una violación.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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