TRES EN RAYA

Te voy a quemar viva

No podemos quedarnos callados ni inventar pretextos ante el asesinato

OPINIÓN

·
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No podemos quedarnos callados ni inventar pretextos ante el asesinato, en calidad de atroz feminicidio, de Luz Raquel Padilla. No hay adjetivos para describir el odio que mató a una mujer y dejó huérfano a un niño con autismo.

Luz Raquel ya había sido amenazada antes, también lastimada con cloro. Avisó a las autoridades y divulgó los amagos en sus redes sociales, donde estableció que temía por su vida. Desde ese momento y hasta la agresión final por ella sufrida, pasó a formar parte de una lista burocrática que de nada sirvió. No detuvo que un grupo de canallas la golpeara y la quemara viva en Zapopan, Jalisco.

Ella pertenecía al colectivo “Yo Cuido México”, conformado por madres que se dedican a cuidar a sus vástagos con algún tipo de discapacidad. Y fue a través de este grupo que presentó en su momento denuncias donde daba cuenta de las amenazas recibidas. Adelantaban intenciones de quererla quemar viva en razón del ruido que se producía en su departamento —mismo que no era tolerado por sus vecinos— debido a las actividades propias de su hijo autista.

Una pena que, perteneciendo ella a un grupo que cuidaba, ninguna autoridad, vecino, conocido o familiar pudo cuidar de ella.

Es menester que el gobierno jalisciense dé cuenta de la asistencia que se le brindaba y la extensión de esta. También tenemos que saber por qué la CNDH ha guardado silencio ante la omisión por parte de autoridades tanto locales como federales.

López Obrador ha pregonado que las faltas que condujeron al asesinato de Luz Raquel Padilla provienen del odio sembrado durante sexenios neoliberales. Estimo, no obstante, que al menos en este caso es necesario hacer a un lado ideologías e impulsar los cambios —en el ámbito local, primero que nada; a nivel federal, también— para que las políticas de protección y prevención sean adecuados, eficientes y suficientes. Dejar atrás al país donde no se castiga a los delincuentes porque “también son seres humanos” y donde no existe la tranquilidad, debido a la política de “abrazos y no balazos”.

¿Cuántas veces victimizaron a Luz Raquel y a su hijo antes de matarla? Una madre que teniendo a un hijo con discapacidad se volcó a cuidarlo.

No, no podemos quedarnos callados cuando prenden fuego a una mujer para matarla. No podemos quedarnos callados ante la sordera de la alcaldía de Zapopan que se negó a inscribir a Raquel en el programa de protección llamado “Pulso de vida”, ni tampoco ante la negligencia de la fiscalía de Jalisco que, hasta la fecha, ha intentado esquivar sus responsabilidades.

Luz Raquel tuvo muchos verdugos: quienes la quemaron, las autoridades que no le dieron la protección necesaria y suficiente, las personas que guardaron silencio e, incluso, quien, sin más, insiste en culpar al pasado como sustituto de buenas políticas públicas. Todos ellos son responsables de quemar viva a una madre, a una mujer.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

MAAZ